El profesor Juan Bustos Ramírez fue Catedrático de Derecho Penal de la Universidad de La Laguna. Falleció en Chile el pasado día 7 de agosto a los setenta y dos años de cáncer. En marzo de este mismo año había sido elegido Presidente de la Cámara de Diputados chilena.
Tuve el honor y la oportunidad de conocer a Juan Bustos. Como a otros catedráticos de Derecho Penal que han pasado por nuestra Universidad, tampoco a Juan Bustos se le acogió aquí con la tradicional hospitalidad que tópicamente se dice tenemos los canarios con los llegados de fuera de las islas. Más bien se le acogió con indiferencia, la misma que ahora presta la Facultad de Derecho de la Universidad lagunera ante su irreparable pérdida.
En el año 1973, cuando Pinochet asesinó al Presidente Allende y a la democracia en Chile, tenía yo veinte años. Era entonces un joven revolucionario que había pasado en el año 1971 por las manos de la policía política franquista y que años antes contaba con una escopeta de balines en cuya culata había grabado el nombre de Che Guevara (por cierto, aún no he ido a ver la película dirigida por Soderbergh e interpretada por Benicio del Toro). Cuando años después conocí a Juan Bustos y me contó que había sido asesor personal del Presidente Allende, mi admiración por su persona fue inmediata. Esa admiración inicial aumentó al saber que Juan Bustos se encontraba con Allende en el Palacio de la Moneda cuando el mismo fue cobardemente bombardeado y asaltado por los militares golpistas. Logró esconderse con otros compañeros socialistas pero finalmente fue detenido por los militares.
En el momento de la detención, el teniente bajo cuyo mando se hallaba la patrulla militar se percató de la presencia de Juan Bustos. Lo separó de los demás detenidos y le dijo: “¿No me recuerda, Don Juan? Fui alumno suyo en la Facultad de Derecho, y para mí fue usted un excelente profesor”. Sabiendo el destino que les esperaba a los demás detenidos, el teniente salvó la vida del profesor Bustos.
Exiliado en Argentina, en el año 1975 fue detenido por los militares argentinos, librándose de nuevo de una muerte segura gracias a la solidaridad de sus colegas penalistas europeos y latinoamericanos, que presionaron a la Junta militar del general Videla en favor de su liberación.
En el año 1971, cuando fui detenido por la policía política franquista acusado de propaganda ilegal, ocupaba la cátedra de Derecho Penal de la Universidad de La Laguna el profesor Manuel Cobo del Rosal, que entonces vivía en un piso de la lagunera calle de La Carrera del que era vecino mi tío Florencio y mi tía Tomasa. Ambos intercedieron ante el mismo por mí y me consta que a su vez él habló con el juez al que gracias a Dios me entregó la policía política, el Sr. Roberto Roldán, hoy también desgraciadamente desaparecido y con el que años después intimé pero con el que nunca hablé de mi presencia como reo ante el mismo, no se si por pudor o por respeto a su condición de juez. Pues bien, fue Cobo del Rosal el que años después (¿1979-80?), siendo Secretario de Estado de Universidades en uno de los gobiernos de la UCD, el que intercedió de manera decisiva para crear por un procedimiento extraordinario determinadas cátedras que serían ocupadas por penalistas latinoamericanos, entre ellos, el profesor Juan Bustos. Gracias a esa feliz iniciativa Juan Bustos pudo venir a La Laguna, a su Facultad de Derecho.
Cosas de la vida. De todas las aquí contadas estoy muy orgulloso. Es lo único que me importa. Profesor Juan Bustos, q.e.p.d.
(Véase artículo sobre Juan Bustos publicado por Enrique Gimbernat en el periódico El Mundo de 29 de agosto de 2008).
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