viernes, 28 de noviembre de 2008

¿QUIÉN ES MÁS CULPABLE DEL DETERIORO DE LA IMAGEN DE LOS POLÍTICOS?


Gozo –es un decir- de cierta experiencia en la ocupación transitoria y coyuntural de algún cargo público. En un caso (Director General de Universidades del Gobierno de Canarias) fue por designación del entonces Presidente del Gobierno Jerónimo Saavedra en mi condición de independiente y, en el otro, por elección de los ciudadanos de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife como concejal independiente en la candidatura de Miguel Zerolo en las elecciones del año 2003. El primer cargo lo ocupé durante un año, presentando al cabo de ese tiempo mi dimisión ante la moción de “autocensura” que contra su propio Gobierno -un acto políticamente presentable y éticamente deleznable- presentaron las Agrupaciones Independientes de Canarias (que luego se denominaron Coalición Canaria), pasando entonces a presidir el Gobierno Manuel Hermoso que hasta ese momento había ocupado la Vicepresidencia. De concejal de Economía y Hacienda estuve desde el año 2003 al año 2006, presentando mi dimisión en junio de ese último año por razones personales.

Si a estas alturas de mi vida alguien me propusiera volver a ocupar un puesto de responsabilidad política, le diría con total certeza que no, pues creo que el coste personal y familiar que ello ha supuesto para mí no está compensado absolutamente por nada. Quede claro que esta conclusión es total y absolutamente personal, como no puede ser de otra manera, pues la decisión de aceptar o no un cargo político conlleva siempre hacer una comparación entre el dónde y cómo estamos y el dónde y cómo vamos a estar en caso de aceptar el compromiso. También es verdad que mi actual conclusión es fruto de la experiencia, y que la misma nunca puede ser aplicada a aquellas otras personas que deciden en un momento determinado con ilusión y ganas dar el paso de asumir un compromiso político.

Sin embargo, sí he de decir –sobre todo con relación a mi experiencia como concejal- que muchas de las personas que conozco no me felicitaron con ocasión de mi elección y sin embargo sí lo hicieron –algunas incluso de manera efusiva- cuando hice pública mi dimisión. Me decían, “Guillermo, lo mejor que hiciste fue dimitir”. Si me atrevía a preguntar por qué, la respuesta era casi siempre la misma: “Pues porque el Ayuntamiento es un nido de corruptos”. Y no es que se refirieran en particular al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, sino a cualquier Ayuntamiento de España. Así de claro y así de injusto, pero también, así de significativo de una imagen que se va afianzando y prevaleciendo en el seno de la sociedad sobre la base de una realidad innegable: la existencia de casos de corrupción que a duras penas empiezan a ser atajados por la actuación judicial.

Es verdad que la masa –que siempre será enemiga de la democracia- que hoy es capaz de condenar por corrupto a un político, mañana es capaz de elevarlo a los altares. No puede uno fiarse de ella, y menos aún, de las pautas que guían muchas de sus actuaciones (por cierto, siempre he admirado a los ideólogos que encauzan a la masa hacia el consumo y no hacia otros destinos más terribles y peligrosos, ya sea para la propia masa o para los que no nos sentimos parte de la ella). Pero también es verdad que las pautas de actuación de la masa se fabrican antes en sectores específicos de la sociedad, ya sea para bien o para mal. Y en el caso de la actuación de los políticos, estoy convencido de que son éstos los principales responsables de que la sociedad en general tenga una imagen negativa de los mismos. Pero entiéndase bien, la responsabilidad no es de los políticos corruptos, sino de los políticos honrados, que conociendo muchas veces de la existencia de casos de corrupción prefieren esconder la cabeza bajo el ala y no denunciarlo o no acabar directamente con tales manifestaciones, esperando que sean otros los que lo hagan. Sin ningún género de dudas, estos últimos son más culpables.

jueves, 27 de noviembre de 2008

ESTO ES LA REPERA, TÍO


Asombradito, sí, alucinando con los peces de colores y con los ojos como chernes ante tanto tetamen descaradamente mostrado. No es la manifestación sensual del erotismo femenino, sino otra cosa. Lo había visto, se había encontrado con el fenómeno en la calle, en el bar, en el centro comercial y también, de manera profusa, en el cine y la televisión, pero nunca lo había podido percibir tan directamente con sus ojitos y de manera tan generalizada como cuando entró en el bar de la Facultad acompañándome para tomarnos un cortado.

Me miraba –bueno, es un decir, pues sus ojos, mientras me hablaba, miraban a otros lugares- y no se cansaba de repetir cómo podía permitirse que las mujeres pudieran mostrar de la forma en que lo hacían sus escotes y aquellos interminables canalillos. En su época de estudiante el fenómeno hubiese sido inconcebible y, de serlo, difícilmente realizable. Pero claro, ya se sabe, los tiempos cambian y las costumbres también, aunque muchas veces no reparemos en que tales cambios no son en realidad tan sustanciales como en principio pudieran parecer.

- Bueno, pero tú aquí debes de estar todo el día ligando ¿no?

- ¿Ligando? Pues la verdad es que no. Aparte de que sería un tonto pretensioso si semejante idea se me pasara por la cabeza, lo cierto es que a estas alturas de la película ya veo a la mayoría de mis pibas alumnas como si fueran mis hijas. Ya sabes, mientras uno va envejeciendo las alumnas permanecen siempre en la misma edad. Les llego a coger afecto después de haber estado juntos a lo largo del curso y me gusta poder establecer lazos de cierta complicidad con las mismas, lazos que he de reconocer son distintos de aquellos otros que puedo entablar con los pibes alumnos.

- ¡Venga ya, tío¡ ¿Pero me vas a decir que aquí te comportas como un auténtico cura en el que ha desaparecido como por arte de magia el deseo sexual?

- Pues no te lo creerás, pero así es, o mejor, no es así exactamente, pues a diferencia de lo que creo sucede con los curas que indudablemente seguirán teniendo deseos sexuales durante su transitoria y se supone que martirizada estancia entre el común de los mortales, a la gente que como yo se dedica a esta profesión de la enseñanza y que no somos curas, no mentimos como ellos a la hora de negar que nuestros deseos sexuales han desparecido, sino que simplemente transformamos tales deseos –al menos a medida que nos vamos haciendo más viejitos- en sentimientos que juegan en una dimensión distinta. Es la dimensión del afecto y la simpatía, e incluso, de la empatía, pero no ya el del deseo sexual, que aún no desapareciendo, pasa a ocupar un posición claramente residual y totalmente alejada de la cotidianidad, aunque siempre se nos puedan extraviar los ojitos…

- Joder, joder. Me parece que también tú mientes como un cura. La verdad es que me cuesta creerte… Pero en fin, si tu lo dices te creo.

- Haces bien en creerme, pues si así no fuera seguro que ibas a estar intranquilo con la actual estancia de tu hija en la Facultad ¿no es así?

- Si tú lo dices… pero en realidad lo estoy, pues aún fiándome de gente como tú, de quien no llego a fiarme plenamente es de mi propia hija y de ese estilo provocativo de vestimenta que se empeña en llevar.

- Chico, perdona que te lo diga así de claro y terminante. Tú lo que tienes es un problema grave de cabeza. Deberías empezar por confiar plenamente en tu hija, pues del hecho de que vaya enseñando el canalillo de la forma en que lo hace, lo único que se desprende es que tiene un buen canalillo que mostrar y que sigue las normas que dicta la moda. El que está jodido eres tú y no tu hija, así que por favor mándate una papa y cambia el chip, joder, que estás más desfasado que el cacharro de la comida “pal cochino”.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

EXPRESIDENTE AZNAR: ¿UNA CUESTIÓN DE PRINCIPIOS?


Para un determinado sector de la ciudadanía que está al tanto de la política y, sobre todo, de la trayectoria y las declaraciones de los políticos en activo y de aquellos otros cuya actividad aún no siendo ya de esta naturaleza siguen sin embargo teniendo mucho que ver con la política, la última intervención del expresidente Aznar en el congreso de las juventudes del PP en la Comunidad de Madrid ha sido muy significativa. Aparte de asumir a pecho descubierto y sin complejos algunas pautas de actuación que en su opinión deberían caracterizar a la derecha española a fin de así diferenciarla de otras opciones ideológicas que se autodenominan progresistas y que realmente, en su opinión, no lo son, Aznar se permitió también cuestionar que el actual Presidente del Gobierno de la Nación actúe en todos los casos de acuerdo a algún tipo de principios (¿?). Posiblemente, esta última referencia a los principios venía por la vía de la operación empresarial en ciernes relativa a la posible venta de las acciones que Sacyr-Vallehermoso tiene en Repsol a una empresa multinacional rusa.

De alguna forma, en este caso, el mensaje que se difunde en cuanto a la cuestión de principios tiene que ver con lo siguiente: como no podía ser de otra forma, el presidente de Sacyr-Vallehermoso, un señor que junto a otros se hizo multimillonario en los últimos años gracias al desarrollo desenfrenado del negocio de la construcción, es un “amiguete” del Presidente del Gobierno (lo cual no sólo es lógico, sino imprescindible para su supervivencia como gran empresario y para la supervivencia del Presiente como gran, mediano o pequeño Presidente. Esa misma “amistad” la mantuvo también este señor con Aznar en su etapa de Presidente del Gobierno, y la hubiere continuado con Rajoy en caso de que el mismo fuera el Presidente). Es obvio que esta gran empresa constructora pasa en estos momentos por un mal momento. Tiene importantes deudas contraídas con la Caixa y el Banco de Santander, y como salida a esta situación se plantea vender al mejor postor su participación en Repsol. Conclusión: el Presidente del Gobierno debería interceder para impedir que se vendieran las acciones a una empresa rusa, pues es sabido que las empresas rusas están integradas por mafiosos de renombre internacional, tienen conexión directa con el poder político manejado por Putin y, sobre todo, porque permitir esta venta a favor de una empresa rusa supondría poner en manos rusas -no hay que olvidar que muchos rusos fueron comunistas- la gestión de nuestros recursos energéticos fundamentales. Todos los citados son argumentos “patrióticos” que suponen en todo caso dejar K.O. –al menos de momento y salvo que surja otra opción mejor- a la empresa Sacyr-Vallehermoso y, de paso, “fastidiar” al Presidente del Gobierno, que vería así frustrado su deseo de “favorecer a un amiguete”.

Después de escuchar esta historia, al ciudadano preocupado por la política no sé cómo se le queda el cuerpillo, pero lo cierto es que la misma le conecta directamente con la época en que muchos en España creían que los rusos tenían rabo, que como buenos comunistas arrebataban por la fuerza a los niños de sus padres para meterlos en guarderías comunales y hasta que se los comían crudos si fuere menester. El camarada Aznar y su sucesor Rajoy, que de defensores de la globalización y el libre mercado pasan de la noche a la mañana a la defensa de un capitalismo “nacional” obviando el dato de que el desarrollo del capitalismo en sus primeras fases coexiste con el poder de las mafias (en España, en USA y también en Rusia), pasando por la “neutral” opinión del también expresidente González y sin conocer a estas alturas la auténtica opinión del Presidente Zapatero, la sensación que tengo como ciudadano al que le sigue interesando todavía la política, es que todo esto no pasa de ser un gran juego en el que los ciudadanos no contamos absolutamente para nada. Aznar y González, como buenos expresidentes, dedicados a la mediación en los negocios nacionales e internacionales, pero defendiendo los principios hasta el final, y el actual Presidente del Gobierno creo honestamente que “más perdido que el barco del arroz”, pues al mínimo descuido lo superan continuamente los acontecimientos de la política local y no digamos ya global. Qué gobierno y qué oposición… pues eso, lo que nos merecemos.



martes, 25 de noviembre de 2008

MARÍA DEL ROSARIO CAYETANA ALFONSA VICTORIA EUGENIA FRANCISCA FITZ-JAMES STUART Y DE SILVA



En un momento de su vida no quiso ser pintada por Picasso o quiso pero cedió a los deseos de su cónyuge o al que dirán de aquella época oscura y tenebrosa del nacionalcatolicismo español, que si lo permitiéramos hoy, condenaría sin el menor resquicio de duda a la Duquesa de Alba, si no a la hoguera por ser de clase noble, sí al menos a la excomunión, y no ya sólo por ser mujer y mujer independiente, sino sobre todo, por ser un espíritu libre.
No es que tenga una predilección especial por los miembros de la nobleza o los/las Grandes de España o los poseedores de títulos nobiliarios, pero sí que la tengo por las personas que brillan por su inteligencia y su humanidad, y la Duquesa de Alba es una de ellas. Le deseo lo mejor.


lunes, 24 de noviembre de 2008

LOS INICIOS


Empezar una actividad después de haber finalizado los estudios superiores es siempre una aventura y, en los tiempos que corren, un auténtico “regalo de la Providencia”, pues no está precisamente el patio en las mejores condiciones para encontrar un trabajo adecuado o incluso relacionado con la materia en la que nos hemos formado en la universidad.

En la Universidad de La Laguna, la licenciatura en Derecho se continúa impartiendo de acuerdo con un plan de estudios que fue establecido en el año 1953, es decir, hace la friolera de más de medio siglo. Ha habido algunos intentos de modificar esa antigualla de plan de estudios, pero es posible que la fuerza de la inercia y la propia comodidad del profesorado han hecho posible que sigamos formando juristas de acuerdo con una concepción de lo que deben ser los estudios jurídicos –y también los juristas- un tanto desfasada para las nuevas exigencias que plantea la sociedad del siglo XXI. Seguramente, mentar el término innovación en el campo de la enseñanza del Derecho es tanto como mentar al diablo en el seno de la iglesia. La respuesta, por lo general, suele ser la que el lisiado da en el chiste en el que implora a la Virgen que haga el milagro de ponerle el brazo “como el otro” y la Virgen efectivamente accede, pero dejándolo lisiado de ambos brazos, con lo que el sujeto reclamará a grito pelado aquello de “virgencita, virgencita, déjame por favor como estaba…”. Es de tal calibre el temor existente a que cualquier innovación en el seno de los estudios jurídicos conduzca a un resultado peor de lo que actualmente tenemos (a ello seguro que no es extraño la traumática experiencia de la reforma en el bachillerato) que ni siquiera esa cosa extraña que se denomina exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) o “proceso de Bolonia”, va a hacer posible que en muchas Facultades de Derecho se decida finalmente elaborar una propuesta de modificación del plan de estudios de 1953. Esto, al menos, es lo que creo que está ocurriendo en la Universidad de La Laguna. Aunque puede también ocurrir que yo esté equivocado y que lo que en realidad sucede es que nuestras autoridades académicas de la Facultad de Derecho no están cumpliendo con sus obligaciones como tales y hayan decidido sin contar con los demás dejar pasar los plazos legales con el fin de que en el año 2010 el Ministerio nos aplique un plan de estudios elaborado, como dirían los nuevos nacionalistas, desde Madrid. Sin duda, esta sería una buena fórmula para no tener que enfrentarse a ningún tipo de interés local de los colegas profesores (¿Qué va a ser de la Historia del Derecho? ¿Y del Derecho Romano? ¿Y del sacrosanto Derecho Natural? ¿Y de la mal llamada Economía Política?...), pero a la vez sería también una muestra palpable de la desidia que nos invade…

En fin, como quiera que sea, lo cierto es que los jóvenes que terminan sus estudios en nuestra Facultad lo tienen bastante crudo, mucho más que aquellos otros que terminamos hace ya muchos años. Como profesor, cuando alguno de ellos me pregunta en torno a su futuro, suelo contestarles que salvo pretender quedarse en la Universidad, lo mejor es hacerse funcionario de una Corporación Local, de la Comunidad Autónoma o del Estado, o bien, dedicarse a “pecho descubierto” al ejercicio libre de la profesión, ya sea como abogado o como procurador. Para aquellos otros que tienen una buena capacidad memorística, paciencia y unos padres dispuestos a mantenerles por unos años más, queda también el acceso a la judicatura, la abogacía del Estado, notaría, registradores, inspectores de Hacienda, etc. Lo importante, en todo caso, es decidirse de manera firme y con ilusión por lo que sea e iniciarlo. Será el esfuerzo y el trabajo personal el que marcará el futuro. Y ya sabemos que todo en sus inicios es difícil y complicado, pero creo que siempre merecerá la pena intentarlo, y mejor con mentalidad emprendedora que no lo contrario, aunque no sea esta precisamente una virtud que transmitamos por lo general los profesores de Derecho.

viernes, 21 de noviembre de 2008

SOBRE EL RÉGIMEN POLÍTICO IMPLANTADO POR COALICIÓN CANARIA


Como fuerza política, Coalición Canaria en los últimos años y bajo esta denominación u otras (AIC, AHÍ, AM, API), ha estado ocupando el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Canarias y de otras instituciones (Cabildos y Ayuntamientos). En algunos casos, esta ocupación proviene desde el ya lejano año 1979 (caso del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife). Este hecho ha dado lugar a que un destacado dirigente del PSOE (Santiago Pérez, en la actualidad Diputado en el Parlamento de Canarias) haya acuñado la idea de que en Canarias se ha establecido un régimen político singular o diferenciado dentro del sistema político español. Un régimen político caracterizado por la interrelación de determinados intereses privados (empresarios y profesionales) con aquellos otros específicos de una clase política que en su mayor parte se ha desarrollado y enraizado al socaire del poder, hasta el punto de que muchos de esos políticos no han conocido nunca lo que significa estar en la oposición, por lo que no sería de extrañar que vivan y se desarrollen pensando en que la ocupación del poder es algo que ya les corresponde no por derecho propio ganado periódicamente en los distintos procesos electorales, sino que tal correspondencia es por derecho natural y, sobre todo, por las constantes manipulaciones a las que a través de distintos medios e instrumentos se somete al pueblo canario.

Hay que reconocer que la idea no está mal, aunque no sea del todo original. Curiosamente, es este el mismo planteamiento que sustenta el Partido Popular cuando cuestiona la permanencia en el poder del PSOE en Andalucía, en Extremadura o en Castilla La Mancha. Aunque en realidad, en estos últimos casos, el régimen es aún peor que en el caso de Canarias, pues mientras aquí Coalición Canaria se ha visto hasta el presente obligada a compartir el poder bien con el PP, bien con el PSOE, en esas otras Comunidades Autónomas el PSOE ha gobernado prácticamente desde el inicio de la democracia con gobiernos monocolores, con lo que, presumiblemente, de acuerdo con la tesis de Santiago Pérez y también del PP, el nivel de deterioro de la democracia en tales lugares debe ser escandaloso, salvo, claro está, que se diga que ello dependerá de la calidad democrática de cada fuerza política en particular, y entonces, se concluya de manera consecuente –e interesada, claro- en que el PSOE puede estar ocupando el poder indefinidamente sin que ello se traduzca en caso alguno en un deterioro del sistema democrático, sino más bien en todo lo contrario, en un fortalecimiento del mismo.

Realmente no se si Santiago Pérez es tonto o nos cree tontos a los demás cuando defiende este tipo de planteamientos. Lo que de verdad sucede es que este tipo de ideas se generan por la concurrencia de dos causas fundamentales: de una parte, por el hecho mismo de la falta de alternancia política durante largos períodos de tiempo, lo cual, por principio, no es bueno para el sistema democrático; de otra parte, por la convicción claramente antidemocrática de creer que la fuerza política a la que pertenecemos o defendemos es la única de verdad democrática, en tanto las otras son un remedo y sólo se organizan para alcanzar por vía democrática el poder y aprovecharse del mismo para lograr sus oscuros intereses en connivencia con determinados poderes económicos.

Si Santiago Pérez no pretendiera manipular a los electores y hablara claramente, debería defender que en Canarias sería conveniente por muchas razones que se produjera la alternancia política en el gobierno de la Comunidad Autónoma, Cabildos y Ayuntamientos, de la misma forma que también lo sería en aquellos otros lugares de España en que es su fuerza política la que ocupa hace muchos años el poder. Si actuara de esta forma, empezaría a creer en su honestidad como político. Como no es así, creo que el día en que acontezca la necesaria alternancia en el poder en Canarias, las posibles expectativas de regeneración política que muchos y muchas han puesto en el PSOE se verán claramente frustradas, con lo que se habrá contribuido de esta forma a debilitar el sistema democrático por partida doble.

jueves, 20 de noviembre de 2008

UNA EDAD DIFÍCIL


A partir de los cincuenta, no ya el cuerpo, sino sobre todo la mente, empieza a manifestar un nivel de “mala leche” vital mezclado con cierto grado de cinismo y una elevadísima cota de incredulidad ante los comportamientos humanos, que no resultará extraño que el sujeto sufra una transformación profunda en sus perspectivas de vida comunitaria. Lo más usual, será que el sujeto se recluya en sí mismo y en sus circunstancias familiares (si es que todavía mantiene a esas alturas la familia), y que de vez en cuando contribuya a mantener el engaño colectivo del llamado “grupo de amigos/as” que le servirá de refugio para desahogar sus lamentos vitales y corroborar que aún mantiene despiertos sus deseos sexuales pero que difícilmente los mismos podrán ser satisfechos en su plenitud dentro o fuera del matrimonio.

En el campo de los hombres, que por naturaleza creo conocer un poco más por circunstancias obvias, a más de uno se le ocurre en esta etapa de la vida tirar todo por la borda y optar por el cambio de pareja. Y es que todavía a los cincuenta el sujeto cree que para llegar a los sesenta aún falta una auténtica eternidad, pero cuando ese cambio drástico acontece a los cincuenta y cinco o cincuenta y siete, es que la cosa (mental y física) se encuentra en un estado de deterioro de tal calibre, que posiblemente ha sido un proceso continuado de alucinaciones el que explica la adopción de una decisión de estas características. Bueno, alucinaciones o percepciones mentales que recrean la realidad en función de nuestras expectativas. Seguramente fue Platón uno de los primeros en manifestar por escrito este tipo de alucinaciones dando lugar a la conocida teoría de las ideas, aunque sin reconocer que las mismas estaban provocadas por la edad o vaya usted a saber por qué oscuro objeto del deseo. Lo del amor platónico no es más que un sucedáneo del verdadero amor que Platón, o no llegó a experimentar, o experimentó locamente y optó por ocultar bajo la idea (eterna) del amor.

Además, es a esta edad, cuando normalmente la vida nos suele pasar factura, bien de nuestra constitución genética originaria, bien de nuestros pequeños excesos vitales anteriores. En uno y otro caso, si tenemos la suerte de poder pagar la factura a través de la ayuda que en cada caso nos preste la ciencia (pues si contamos exclusivamente con la de Dios, vamos aviados), el resultado no pude ser más esplendoroso: reparamos en lo importante que es haber gozado de la suerte de nacer y de vivir durante el tiempo que nos corresponda, pero sobre todo, del que nos pueda quedar por vivir a partir de la cancelación –aunque sea transitoria- de la deuda.

Todo se reduce a aquello que cada uno califica como importante. En mi caso, ante todo será mi familia y después todo lo demás, incluida mi propia vida. Entre medio, el aderezo de la lectura, una buena película, la música, mis clases, un reconfortante polvete de vez en cuando (pues los excesos a estas edades no son aconsejables), y muchas otras cosas entre las que se incluye el escribir este tipo de paridas en un blog. Esto último, he de reconocerlo, me produce una gran satisfacción, pues experimento la sensación de sentirme libre de decir por escrito a todo el globo lo que me sale de los güevos y a veces, como ahora, del corazón. Salud, camaradas.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

UNA CUESTIÓN DE CAMBIO DE MENTALIDAD Y DE LEGALIDAD


A veces pienso que la solución a determinados problemas radica en decidirse por la vía rápida. Que persiste en nuestra sociedad la agresión diaria y permanente a las mujeres como síntoma decadente de una sociedad fundamentada en valores machistas, pues que se autorice a las mujeres objeto de maltrato a llevar pistola con objeto de que puedan defenderse y descerrajen la totalidad del cargador sobre el eventual agresor. Este tipo de pensamientos suelen coincidir con el momento en que conozco la noticia de la repetición de una nueva agresión y otra muerte más. Cuando la sangre se enfría y la cuestión de racionaliza, entra en juego el Derecho y la razón. La respuesta contra el agresor, se afirma, ha de venir por la vía jurídica y la defensa de la víctima también. Pero sobre todo, ha de venir por la vía de un paulatino cambio de mentalidad de muchos hombres y mujeres de nuestra sociedad, que siguen pensando y defendiendo que la mujer es un ser que debe estar en último término subordinada al hombre.

Y no se trata de que propugnar que el cambio de mentalidad deba servir como pretexto para comprender mientras tanto la barbaridad que supone la existencia misma de las sucesivas agresiones de todo tipo e intensidad que sufren las mujeres en nuestras sociedades del bienestar, sino más bien, de asumir que en ocasiones determinados valores están muy enraizados en la sociedad y su erradicación es prácticamente imposible a través de la vía exclusiva del Derecho. No por aumentar las penas contra los agresores se va a acabar antes con el fenómeno de la denominada violencia de género (aunque también es verdad que en la actualidad tales penas pueden operar más como incentivo que como medida desalentadora del crimen contra las mujeres). Son múltiples los factores que intervienen y, entre ellos, uno fundamental es la educación. Precisamente por eso, la polémica que se ha planteado en nuestro país con relación a esa nueva asignatura denominada “Educación para la ciudadanía”, es una polémica bastante tosca e interesada en muchos aspectos por parte de aquellos que cuestionan su existencia, o mejor, su “filosofía” subyacente. En realidad, no asumir como exigencia de cualquier labor educativa la transmisión del valor de la plena igualdad entre hombres y mujeres, nada tiene que ver con la existencia de la referida asignatura, sino más exactamente, con la subsistencia de valores y visiones (fundamentalmente de índole religiosa) de la mujer como un ser distinto al hombre. Y esto es lo que en ningún caso se puede permitir en una sociedad fundamentada en el principio de igualdad de todos los ciudadanos frente a la ley.

En una sociedad democrática (no teocrática), es jurídicamente inadmisible (y, por tanto, debería ser penalmente perseguible) que cualquier religión pudiera defender como principio el de la subordinación de la mujer al hombre. Esto es lo que defiende sin ningún género de reparo la religión islámica, pero es también lo que defiende, si bien más sutilmente, la religión católica. Ambas manifestaciones son producto de una determinada mentalidad que cambiará (no se si para mejor o para peor) paulatinamente, pero desde el punto de vista de la legalidad vigente, fundamentada en unos principios y valores radicalmente distintos, habrá que exigir que los profetas y predicadores de una y otra religión se abstengan de defender públicamente lo contrario, y si así no fuere, que sobre los mismos caiga todo el peso de la ley, que tampoco es tanto...

martes, 18 de noviembre de 2008

LUIS ROLDÁN: COMO UN VIENTO FUGAZ DESAGRADABLE


Me había prometido no ver la entrevista que le iba a hacer en Tele-5 Mª Teresa Campos, pero finalmente formé parte de esos dos millones de españoles que pudo ver y escuchar parte de la entrevista a Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil. Sinceramente, me pareció una verdadera desfachatez no sólo el contenido de la entrevista, sino la misma presencia de un delincuente del calibre de Roldán en un medio de comunicación privado en el tiempo en que todavía está cumpliendo condena, aunque en los últimos años suavizada a través del disfrute del régimen abierto.

Luis Roldán, como Julián Muñoz y otros muchos sinvergüenzas y canallas que han estado ocupando puestos de responsabilidad política de carácter público, y que se han atrevido a llevarse directamente el dinero de todos nosotros o a cobrar comisiones por la realización o no realización de determinadas actividades, tendrían que ser condenados por la ciudadanía al mayor de los ostracismos. Su recuerdo sólo debería suscitarse como ejemplo de un veneno que corroe el sistema político de libertades que nos hemos dado y que compromete una correcta visión de la labor seria, ilusionada y responsable de muchos otros servidores públicos que desarrollan con total honestidad su labor diaria.

En todo caso, en mi opinión, yo creo que es éticamente injustificable que una cadena de televisión de cobertura nacional y en horario de máxima audiencia, haya realizado esta pantomima de entrevista a un delincuente de la calaña de Luis Roldán, y que además lo haya hecho pagándole. El papel permanente de reprendedora moral que adoptó durante toda la entrevista esta señora que se llama Mª Teresa Campos, resultó a mi juicio penoso, pues era todo menos auténtico. Lo verdaderamente auténtico hubiese sido la negativa del medio en cuestión a entrevistar a un delincuente cualificado y que todavía está cumpliendo condena.

Como era de esperar, el condenado no aclaró absolutamente nada, y aún menos, dónde tiene presumiblemente parte del botín no gastado que robó a todos los españoles.

Roldán pasó por la política española no de manera fugaz precisamente, sino más bien de forma calculada y bien pensada en aras al objetivo al que se había consagrado desde el primer momento. Sin embargo, en la actualidad, volver a ver la cara de Roldán en TV se me hizo insufrible, sobre todo, por esa jeta de seriedad y circunstancia que todavía es capaz de poner para tratar de engañar una vez más al personal. Maldigo desde aquí a Luis Roldán y también a todos aquellos que conociendo lo que hacía el personaje no tuvieron la valentía de pararle los pies y de echarlo a la calle como agua sucia que terminó por transformar en lodazal lo que seguramente empezó como algo anecdótico y hasta gracioso: mamarse las perritas que los tontos pagamos en concepto de impuestos.



viernes, 14 de noviembre de 2008

ESTOS TIPOS (y tipas) QUE NOS REPRESENTAN ESTÁN LOCOS (y locas) O ACTÚAN CON UNA LÓGICA DESTRUCTIVA

Una de las consecuencias positivas de la crisis económica que estamos viviendo en nuestro país será, sin duda, el necesario replanteamiento de algunos aspectos de nuestro modelo de desarrollo económico. Ese modelo, en el caso de un archipiélago, no puede ser el mismo que el seguido en el territorio continental. Esto, al menos, es lo que parece indicar la lógica.

Sin embargo, ya se sabe que en el origen de la actual crisis, una de las razones de la misma ha sido el no interferir en lo que algunos califican como lógica del mercado, y otros, más correctamente, como lógica dirigida a la autodestrucción del propio sistema capitalista. La cuestión de fondo es si efectivamente el capitalismo no responderá, como sistema guiado por el ánimo de lucro, a una lógica de destrucción inmanente que parece inevitable. Lo que en todo caso resulta indiscutible es que el capitalismo, como modelo de desarrollo económico basado en el libre juego del mercado, precisa de un cierto nivel de regulación que ha de venir impuesto por la política, o lo que es igual, por los representantes políticos libremente elegidos por los ciudadanos. Es esta intervención mínima, pero efectiva, por parte de los poderes públicos, la única garantía de que la fuerza arrolladora del capital no acabe con los propios capitalistas y con los que no lo somos pero estamos convencidos de las ventajas comparativas que ofrece el sistema. Y no se trata de reclamar una intervención paternalista, sino de reclamar una intervención que responda a las exigencias del sistema democrático: planteamientos transparentes y capacidad de control democrático sobre las decisiones a adoptar de las que puedan derivarse consecuencias para todas y todos.

En el día de ayer, en el seno de una Corporación democrática de la isla de Tenerife (Cabildo), nuestros representantes políticos libremente elegidos votaron a favor de ampliar, con la construcción de un tercer carril, la autopista que recorre el norte de la isla desde la capital, Santa Cruz de Tenerife, hasta el municipio de Los Realejos. La lógica de la decisión resulta innegable y aplastante: en tanto hasta el día de la fecha el parque de vehículos no ha hecho más que aumentar, se hace preciso construir nuevas vías para que éstos circulen o ampliar las vías ya existentes para así facilitar la referida circulación. En consecuencia, a más coches, más carreteras. No hay más alternativa. Es la lógica que impone irremediablemente el desarrollo económico.

Sin embargo, los datos económicos de la crisis indican que la venta de automóviles en Canarias ha bajado en el último año un 40%. Es decir, no parece, por tanto, que este argumento del aumento del número de vehículos pueda seguir siendo empleado para justificar la decisión de ampliar las carreteras existentes. Pero claro, se dirá, la crisis será coyuntural, y a finales del año 2009 las cosas volverán a estar en el lugar que les corresponde: las ventas de automóviles habrán vuelto a alcanzar cifras que crecerán mensualmente a un ritmo trepidante. Lo mejor será estar preparado para ello. Construyamos nuevas carreteras y ampliemos las existentes.

¿No será mejor lógica aquella que propugna aprovechar el actual momento de recesión para reflexionar sobre lo que hemos hecho hasta aquí? ¿De verdad necesitamos construir nuevas carreteras o ampliar las ya existentes con las negativas consecuencias que ello tiene para nuestro ya deteriorado paisaje? ¿No deberíamos de una vez por todas desincentivar desde los poderes públicos la adquisición de nuevos automóviles y favorecer la utilización de medios de transporte públicos? ¿No será….?

A mi me parece que los tipos y tipas que nos representan están condicionados por una lógica dominante que les impide ver las posibles ventajas de otras lógicas más acordes con los intereses generales y, sobre todo, con los auténticos intereses del sistema capitalista, que serán siempre los de defender la libertad del ser humano bajo las reglas de la responsabilidad sobre el devenir que les espera a las nuevas generaciones.

jueves, 13 de noviembre de 2008

JESÚS NEYRA: SU ACCIÓN NO TIENE PRECIO


Si no tiene precio es que su valor es ilimitado, inconmensurable. Nunca al contrario, pues si tiene precio, es obvio que también puede tener valor, pero este será siempre conmensurable. Así que pensemos en todas aquellas acciones que efectivamente no tienen precio y que resultan ser altamente valoradas por los humanos de buena fe (con independencia de que la fe sea en Dios o en la propia humanidad, pues lo relevante en todo caso es que no pertenezcan al grupo de los humanos que actúan de mala fe).

Por ejemplo, las acciones que a diario realizan los misioneros y misioneras de alguna confesión religiosa (en lo que aquí nos afecta, de nacionalidad española) en muchos países del llamado tercer mundo o en nuestro propio país (equiparable a las acciones que realizan los misioneros laicos pertenecientes a distintas ONG). Esas actuaciones las valoramos la generalidad de forma muy positiva, y nos acordamos de sus protagonistas con ocasión de algún conflicto bélico en el que los mismos resultan ser víctimas en el desarrollo de su labor altruista (secuestrados, asesinados, heridos, prisioneros…). Mientras tanto, nuestros sentimientos de solidaridad con ellos y con aquellos otros a los que ellos sirven, se limita por lo general –lo que no es poco y resulta vital- a contribuir económicamente a su sostenimiento. Por eso, en época de crisis y de recorte de gastos superfluos, no parece lo más honesto y acorde con las exigencias de la solidaridad que califiquemos como superfluas y prescindibles nuestras contribuciones económicas a las ONG, sean o no religiosas. En consecuencia, lo que tiene un valor incalculable (no tiene precio, en definitiva) es la disposición de los misioneros religiosos o laicos a contribuir a mejorar la vida de los demás aún a costa de empeorar la propia (lo que no siempre ocurrirá, pero sí que eventualmente podrá ocurrir). Nuestra contribución económica a su sostenimiento tiene valor pero también tiene precio: el importe de nuestra aportación. Con ella cubrimos los costes de mantener tranquila nuestra conciencia solidaria.

Por ejemplo, la acción de acudir raudo y veloz, sin pensárselo, en auxilio de una víctima indefensa. Se trata de una acción de un valor incalculable. En ocasiones, la acción es realizada por aquellos que profesionalmente han asumido como deber actuar de tal manera (el bombero, el policía, el médico…), lo cual no resta nada al valor de su acción, pues es precisamente la existencia previa de esta actitud volcada al altruismo la que engrandece sus actuaciones en momentos particulares. Pero el tema adquiere tintes de auténtica heroicidad cuando el que actúa lo hace sin ni siquiera haber asumido como deber profesional el hacerlo ante la concurrencia de determinadas circunstancias. Es el caso de Jesús Neyra, el profesor universitario que interviene ante el agresor de una mujer a fin de tratar de paralizar la agresión e increpar al cobarde que la comete.

Todos los humanos de buena fe estamos con Jesús Neyra. Coincidimos en que su acción no tiene precio. Se trata de un auténtico héroe doméstico. Pero… una amplia mayoría coincide en que no teniendo precio en sí misma la acción realizada, sin embargo sí que Jesús Neyra ha tenido que pagar un precio muy alto por realizarla: sufrir el brutal asalto del agresor. La conclusión a la que parece se llega es elemental: ¿merece la pena pagar un precio tan alto por realizar una actuación que en sí misma es de un valor incalculable? Fríamente, la respuesta es que no, máxime además, si como ocurre en el presente caso la propia víctima ha desvalorizado la actuación llevada a cabo por su defensor. No obstante, la gran paradoja y lo que de verdad no tiene precio es que los seres humanos no siempre actuamos fríamente, esto es, calculando los costes y los posibles beneficios y pérdidas de nuestras actuaciones, sino que por el contrario lo solemos hacer en muchos casos movidos por sentimientos profundos que tienen que ver con la consecución de la justicia y la defensa de determinados valores que agraciadamente no tendrán nunca precio, aunque en ello nos vaya la propia vida.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

ESTE VIDEO LE COSTÓ LA VIDA A SU AUTOR (THEO VAN GOGH) A MANOS DE UN FANÁTICO QUE DECÍA PROFESAR LA RELIGIÓN ISLÁMICA


No hay que respetar por principio cualquier manifestación supuestamente cultural extranjera (v.gr., la ablación del clítoris a las niñas), ni tampoco cualquier creencia o práctica religiosa. Una y otra pueden ser claramente atentatorias contra los derechos más elementales de los seres humanos y, en particular, contra los derechos de las mujeres. Y cuando esto sucede, no hay que mostrar respeto o desentenderse del problema, sino que hay que mostrar oposición y tratar de luchar contra prácticas tan salvajes e inhumanas.


martes, 11 de noviembre de 2008

COOPERACIÓN Y NO CONFRONTACIÓN, VALE ¿PERO A CAMBIO DE QUÉ?


Es fácil decirlo, pero bastante más difícil llevarlo a cabo, pues ante la presente situación de crisis económica, la única salida posible si no queremos que el proceso de recesión sea cada día más preocupante, es que todos, inocentes y culpables, restablezcamos los presupuestos sobre los que se asienta el funcionamiento del sistema. Es así de duro, pero también así de elemental. Si el sistema financiero no encuentra de nuevo su rumbo y repone la energía que se deriva de la confianza en las reglas que rigen el mercado, las consecuencias serán desastrosas para todos. Lo estamos viendo, lo estamos viviendo, lo estamos sufriendo. Es preciso que sin más demora la concertación política internacional empiece a adoptar medidas que encaucen el desbarajuste producido por la ausencia de una fiscalización adecuada de la mayoría sobre la minoría, o lo que es igual, de una fiscalización de signo radicalmente contrario a aquella otra que hasta el presente se ha venido produciendo: la que practican las minorías representativas de los poderes económicos (v.gr., la Banca), sobre las atolondradas y desinformadas mayorías sociales que están representadas en los Parlamentos democráticos por una clase política acomodaticia y proclive a “dejarse llevar” por los intereses del capital financiero.

Por supuesto que el cuerpito nos pide en estos momentos guerra y ningún margen de comprensión para ejecutivos y ejecutores de entidades financieras carentes de escrúpulos, cuyas actuaciones han estado marcadas por la obtención de beneficios a costa de lo que fuere, pero sobre todo, a costa de vulnerar las más elementales reglas de una “sana gestión financiera”. En tanto el sistema respondió produciendo cada día más beneficios, los accionistas e inversores (siempre una minoría en el seno de nuestra sociedades) jamás cuestionaron a estos gurús de la ingeniería financiera. Hoy, como “cabezas de turco” del descalabro, el “castigo” ha sido el despido con indemnizaciones económicas multimillonarias. Paralelamente, para las entidades financieras tan brillantemente gestionadas por estos otrora gurús de la finanzas, el destino ha sido su apoyo incondicional por parte de los Gobiernos con el dinero de todos nosotros, esto es, un auténtico premio a la gestión financiera irresponsable y en ocasiones criminal, porque de lo contrario (esto es, de permitir que funcionaran las reglas del mercado y que tales entidades desaparecieran del mismo por su manifiesta incompetencia), el mal ocasionado hubiera sido (aunque ya lo es), para la gran mayoría de ciudadanos que han estado al margen de esta historia, auténticamente desastroso. Así que esas ganitas de venganza que podamos tener, lo mejor es apaciguarlas para tiempos mejores que difícilmente veremos.

Ahora toca confiar no tanto en nuestros queridos José Luis o Rajoy como en B. Obama. Las expectativas creadas en torno al nuevo presidente de EE.UU es lógico que se hayan desbordado, pues la ausencia de liderazgo de los políticos nacionales en una economía que hace tiempo ha dejado de ser nacional (a pesar de que tanto iluminado –pero con la lámpara no en la frente, sino en el culo- se empeñe en continuar defendiendo doctrinas políticas decimonónicas), viene a poner de manifiesto la irrefutable verdad de que el poder del capitalismo financiero es auténticamente supranacional o global, y que para evitar que continúe dándonos nuevos disgustos, es preciso que alguien lidere de una vez por todas a la comunidad internacional para establecer unas reglas mínimas de control ante la avaricia desbocada a la que tan proclive es el ser humano globalizado.

Así que ya lo saben, cooperación a cambio de un poco de esperanza en B. Obama, que al parecer, es lo único que tenemos, o que nos hacen creer que globalmente tenemos. Y seguramente así es…

lunes, 10 de noviembre de 2008

JERÓNIMO SAAVEDRA ACEVEDO





La política es complicada, la política es miserable, la política está llena de mezquindades y de mezquinos y mediocres, la política cada día reniega más del imprescindible consenso y se aproxima más al duro y feroz fundamentalismo que representan los defensores del dogma, en fin, la política está abocada a cambiar sustancialmente si pretende seguir teniendo nuevos adeptos y menos desertores ante un contexto en el que la política con mayúsculas es cada día más necesaria.

Conozco a Jerónimo Saavedra, actual alcalde del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, desde mi época de joven estudiante universitario en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna (curso 1971-72). Desde entonces, Jerónimo siempre ha sido para mí un punto de referencia imprescindible en términos humanos y, sobre todo, políticos. Forma parte de ese selecto grupo –hoy ya auténticas personalidades de la Política- de personas cultas, intelectualmente preparadas y sobre todo con visión a largo plazo de las consecuencias que se derivan de las decisiones políticas. Es un político curtido durante el régimen franquista, esto es, cuando hacer política de oposición a la Dictadura traía siempre consigo consecuencias perjudiciales para el practicante. Pero sobre todo, es un político perteneciente a una generación en la que ninguno de sus miembros se le ocurrió jamás concebir la dedicación a la política como un medio para satisfacer necesidades personales, y mucho menos, para vivir a costa de la política. Para esa generación, la dedicación a la política sólo podía concebirse como único debe concebirse, es decir, como un servicio a la comunidad, a la sociedad. Desgraciadamente para todos, sabemos que esa exigencia ética no es hoy la que predomina entre muchos de nuestros políticos, de ahí que cobre aún más relevancia la presencia en dicha actividad de personas de la talla de Jerónimo Saavedra.

No es ahora el momento de recordar aquí la trayectoria política de Jerónimo Saavedra en el ámbito nacional y autonómico. Lo que de verdad me importa destacar aquí es su talla como político aceptando ser candidato en las últimas elecciones locales al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Para los miserables y mezquinos, esta opción sólo podía ser interpretada como muestra de un protagonismo personal cuyo tiempo se agotaba. Para las personas normales, se trataba, por el contrario, de una apuesta decidida por recuperar una alcaldía que se merecía contar con un político de prestigio y trayectoria intachable. En otras palabras y, en el lenguaje políticamente incorrecto al uso, Jerónimo bajaba de lo más alto (Presidente de Canarias, Ministro en dos ocasiones con Felipe González) a lo más bajo (Alcalde de su ciudad). Y lo mejor de todo es que no sólo lo consiguió, sino que además lo hizo con mayoría absoluta y grandeza de espíritu, que es lo que se merecía la vecindad canariona.

Hace muy poco tiempo leí unas declaraciones de Jerónimo que ponen de manifiesto su categoría como político de profundas convicciones democráticas. Con ocasión de la condena del Parlamento de Canarias a la errática línea editorial mantenida en los últimos meses por el periódico El Día de Tenerife, el periodista pregunta a Jerónimo qué es lo que piensa al respecto. Su contestación, como no podía ser de otra forma, es propia de un político avezado e inteligente. Sin entrar a pronunciarse directamente sobre la cuestión (al fin y al cabo la condena había sido promovida por miembros de su Partido en el Parlamento), señala que nadie como él recibió tantos insultos por alguna prensa escrita en su etapa como Presidente de la Comunidad Autónoma de Canarias y, sin embargo, jamás se le pasó por la cabeza que lo conveniente desde el punto de vista político hubiera sido promover una condena de tales medios, pues en todo caso debía prevalecer la libertad de expresión. Inteligencia fina, como diría el mago universitario.

Ayer, el Congreso regional del PSOE celebrado en Las Palmas de Gran Canaria decidió por mayoría relevar a Jerónimo Saavedra como Presidente de la Ejecutiva Regional. Sin duda, se trata de un castigo injustificado por parte de unos menesterosos a los que falta de todo, pero particularmente, a los que falta el sentido del honor y la caballerosidad que deberían presidir la actuación de todo auténtico político. Y es que si este es un indicio del cambio que propugna Juan Fernando López Aguilar en la política canaria, que baje Stalin y lo vea…


viernes, 7 de noviembre de 2008

INTENTO DE REFLEXIÓN DESAPASIONADA


Es casi imposible de lograr, pero prometo que lo voy a intentar. No me voy a apasionar, como suelo hacer, reflexionando sobre esta vieja institución en la que trabajo que es la Universidad (lo dejaremos para más adelante). Vivimos tiempos de crisis económica, y cada día que pasa, la crisis se hace más patente y más dura para todos, pero sobre todo, para aquellos que pierden su trabajo y se ven imposibilitados de pagar la cuota de la hipoteca de la vivienda, el recibo de la financiera por la compra del coche y del ordenador para el niño, o los alimentos en la gran superficie para el sustento diario de la familia.

La verdad es que estamos inmersos en una crisis que ha surgido de la noche a la mañana, al menos, en su vertiente internacional de crisis del sistema financiero. Sin embargo, en nuestro país, no era preciso ser un especialista en economía para advertir que el ritmo de vida que llevaban muchos españoles no podía seguir manteniéndose de manera indefinida. He conocido muchos casos similares a este que les voy a contar como ejemplo del supuesto desarrollo económico acontecido en España en los últimos años. El personaje es un joven obrero de la construcción que se traslada desde La Gomera a la isla de Tenerife en busca de mejores perspectivas laborales y vitales. Decide establecerse en el municipio de Arona, en un período en el que el desarrollo de la construcción turística es frenético. Lo gana muy bien, pues trabaja a destajo, hasta que un día alguien le plantea, en su condición de afiliado a la UGT, presentarse como candidato en la plancha del PSOE a las elecciones al Ayuntamiento. El partido gana las elecciones y a nuestro personaje, por eso de su inteligencia natural y ser un auténtico espabilado, le toca la responsabilidad del urbanismo municipal. Al cabo de los cuatro años, nuestro operario de la construcción y luego concejal, ha descubierto que eso de hacer dinero es bastante fácil. Deja su responsabilidad política y se hace empresario de la construcción. Los proyectos se empiezan a multiplicar y los márgenes de beneficio superan el 100 y hasta el 200%. La actividad se diversifica, e invierte en servicios sanitarios, y así hasta el presente… en que ha llegado la crisis del sector inmobiliario nacional y la crisis financiera internacional.

La acumulación de riqueza y poder de nuestro personaje, que en ningún caso precisó de estudios que fueran más allá del graduado escolar, permitió que otros muchos también se beneficiaran (ya dicen los economistas que el sector de la construcción es intensivo en mano de obra directa e indirecta) del contexto económico que la hacía posible. Las ventas de coches aumentaron en paralelo a las ventas de casas y pisos, a los viajes al extranjero, a las bodas, bautizos y primeras comuniones fastuosas, a los almuerzos y cenas de trabajo y de no trabajo, a los burdeles de lujo, a los vehículos de lujo y alta cilindrada, a los safaris para ir a matar fieras, a los cruceros por El Nilo y por las islas griegas, en fin, a todo aquello que supusiera manifestación de consumo sin más, pues era éste, el consumo, la manifestación más clara y patente de que el sistema estaba funcionando correctamente.

Hoy, nuestro obrero de la construcción, luego concejal, más tarde contratista y finalmente mediano empresario supuesto creador de riqueza, ha pasado de la noche a la mañana a la quiebra económica, y ello, a pesar de que en la época de apogeo ni siquiera tuvo que dedicar parte de sus beneficios a pagar impuestos, pues la ley le eximia de dicho pago con la finalidad de fortalecer el tejido productivo en Canarias.

Pues bien, son estos mismos personajes los que hoy claman porque la situación vuelva a ser lo que fue, de supuesta riqueza para todos. Y a lo mejor, lo que sería procedente es que empezáramos de una puñetera vez a reflexionar, con ocasión de la crisis, sobre cuáles deberían ser las bases de partida de un auténtico desarrollo económico justo y equilibrado para nuestro país.

jueves, 6 de noviembre de 2008

MUJERES: PRESUNCIÓN DE CULPABILIDAD


Leo en la actualidad un ensayo muy interesante –y cuya lectura recomiendo- sobre la historia de la violencia contra las mujeres (1). Por edad pertenezco a una generación que ha podido percibir directamente la “comprensión” de un sector de la sociedad a favor de la violencia contra las mujeres, entre otras razones, porque ya se sabe que éstas son en principio culpables de todo salvo que se demuestre lo contrario. Si el marido, el novio o el mero conocido la agredió o incluso la mató, por algo sería… Aún me vienen a la memoria algunas intervenciones judiciales de hace ya algunos años en las que la víctima de una violación era nuevamente humillada por el abogado defensor del presunto violador con ocasión de la celebración del juicio, mediante la “acusación” de que había sido la mujer quien había incitado a la violación por utilizar prendas de vestir no apropiadas con la condición femenina o simplemente provocativas del deseo sexual del hombre (si esto era grave, más grave aún era que el juez terminara por reflejar esta tesis en la redacción de la sentencia, dulcificando a partir de la misma la posible condena al agresor). Pero este tipo de actitudes no eran extrañas, pues el propio legislador consagraba en el Código Penal normas claramente favorecedoras del asesinato de la mujer adultera y de su amante, en aquellos supuestos en que el marido despechado y cornudo les encontrara a ambos yaciendo en el lecho conyugal (la situación no se concebía a la inversa, esto es, que el adultero fuera el marido).

Es verdad que han cambiado muchísimo las cosas en nuestra sociedad a favor del abandono de muchos prejuicios y discriminaciones flagrantes contra las mujeres. Sin embargo, todavía quedan muchos resabios y muchas actuaciones claramente criminales contra las mismas. Una de las razones que en mi opinión explican esta situación es la arraigada y no plenamente superada visión que de la mujer tiene la religión y, en particular, en nuestro ámbito cultural, el cristianismo. Desde los lejanos tiempos de los llamados Padres de la Iglesia (siempre padres, nunca madres, y cuando de la madre de Jesucristo se trata, ésta tuvo que concebirlo por obra y gracia del Espíritu Santo, quedando el papel de madre relegado a la nada), las mujeres han encarnado la representación del mal. No sólo fue Eva quien cedió a la tentación del diablo en el Paraíso, sino que han sido las descendientes de esta primigenia pecadora las que han hecho posible que la mujer fuera tratada históricamente como lo que realmente siempre han sido: seres imbéciles carentes de autonomía y sujetas a los dictados y necesidades del hombre, sobre todo, a las necesidades sexuales de estos últimos.

En el ya histórico duelo entre Hillary Clinton y Barak Obama para determinar quien fuera el candidato del partido demócrata a la presidencia de los EE.UU, una buena parte de los electores prefirieron inclinarse por Obama a pesar de ser negro, que por Hillary Clinton. El que ello fuera así respondía en gran parte al prejuicio de que se trataba de una mujer, además, de una mujer que fue calificada como superambiciosa y que actuaba sin escrúpulos para alcanzar el objetivo que se había trazado (aspectos claramente negativos que nunca se han aplicado al candidato masculino, ya fuere este el del partido demócrata o al del partido republicano. En cuanto a la candidata a la vicepresidencia por el partido republicano, la máxima calificación que ha obtenido ¡es que se trataba de un ama de casa¡).

Finalmente ha ganado Obama las elecciones, y yo me alegro mucho. Pero el paso decisivo que se ha dado al lograr que finalmente un negro haya podido llegar a ocupar la presidencia de los EE.UU, tendrá que completarse algún día con la presencia de una mujer presidenta, y si ya es negra, pues mejor. Será esta la prueba definitiva de que la presunción de inocencia para hombres y mujeres es una verdad y no una mera afirmación hipócrita y políticamente correcta.

(1) Antonio Gil Ambrona: Historia de la violencia contra las mujeres (Misoginia y conflicto matrimonial en España), Editorial Cátedra, Madrid, 2008).

miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿ES HOY UN GRAN DÍA?

Han pasado pocos minutos de las doce de la noche y ya es día cinco, ¿ganará B. Obama la elección a presidente de los Estados Unidos de América? Estoy convencido de que lo hará. No puede ser de otra manera. Son millones las esperanzas que están depositadas en él y, a pesar de que sean también muchas las dudas de cómo podrá salir adelante ante los graves problemas que deberá enfrentar su presidencia (crisis económica y guerra), es evidente que su candidatura representa la esperanza en el cambio a mejor en muchos aspectos, tanto de la sociedad norteamericana, como del resto del mundo.

He de reconocer que sin ser un admirador incondicional del sistema de vida yankee, existen muchos factores en el mismo que me agradan y que pienso contribuyen permanentemente a “revolucionar” nuestros esquemas vitales en todos los sentidos en términos positivos. He vivido allí y conozco un poco el estilo de vida que sigue la clase media. En términos comparativos y, por poner un ejemplo, la vida de un profesor universitario tiene poco que ver con la vida que yo desarrollo aquí en mi Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna. Se trata de dos mundos radicalmente distintos. Por ejemplo, hoy mismo he asistido a una reunión de la Junta de mi Facultad. Hacía años que no lo hacía. El resultado fue lamentable. De una pobreza intelectual, de una mediocridad y de una miseria humana que resulta muy difícil reproducir con palabras. Tardé cinco minutos en irme. No podía resistir aquel ambiente tan deteriorado a todos los niveles. Preferí pensar en Obama y en mandarme a mudar cuanto antes.

Espero que hoy al levantarme me pueda no sólo alegrar por la victoria de Obama, sino también, por otras victorias para mí más decisivas. (Gracias por lo del video).


martes, 4 de noviembre de 2008

GANARÁ B. OBAMA

Estoy convencido de que la fuerza arrolladora de la sociedad civil norteamericana hará posible la victoria de B. Obama como nuevo presidente de los EE.UU. Lo necesita ese país y lo necesitamos todos aquellos que creemos en la alternancia política como instrumento idóneo para el cambio social y la consolidación y profundización de la democraca.

EUSEBIO GONZÁLEZ GARCÍA

Ayer recibí la triste noticia del fallecimiento del profesor Eusebio González García, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Salamanca. Con sus sesenta y seis años se encontró a la muerte de forma inesperada en un desgraciado accidente de circulación cuando regresaba a su domicilio desde Madrid.

La última vez que tuve la oportunidad de estar con él fue en un viaje que realicé a Salamanca el pasado mes de enero por invitación suya y del profesor José Mª Lago Montero, para impartir una conferencia en los Cursos para Extranjeros organizados por la Universidad de Salamanca. Tuvo la amabilidad y la paciencia de recorrer conmigo y José Mª Lago los principales monumentos de la ciudad, y proporcionarme detallada y erudita explicación de algunos de los acontecimientos históricos que se habían sucedido en esta joya que es Salamanca. Estar con estos dos colegas, saludar a Ana Mª Juan, profesora titular de Derecho Financiero de la Universidad de Valencia, y reencontrarme con mi viejo amigo Carlos Palomeque, catedrático de Derecho del Trabajo de la misma universidad, fue lo más importante del viaje.

Simplemente deseo dejar constancia aquí de la pena y tristeza que me produce su muerte. Descanse en paz.

lunes, 3 de noviembre de 2008

!VIVA LA REINA¡

¿De verdad que estaría usted dispuesto a gritar sin autoimponerse ningún tipo de cortapisa ¡Viva la Reina¡? Pues sí, sin ningún género de dudas. Es más, visto a posteriori, creo que el dictador Francisco Franco acertó plenamente al nombrar como su sucesor en la jefatura del Estado al Príncipe Juan Carlos y a la princesa Sofía (gracias, entre otras cosas, a personas tan inteligentes como Torcuato Fernández Miranda). Aunque algunos fascistas recalcitrantes y poco proclives a abrir sus mentes y corazones (lo que siempre es un signo de inteligencia exclusivo de los seres humanos más humanistas), acompañados por algunos otros comunistas, anarquistas y demás especies izquierdistas igual de recalcitrantes, mental y vitalmente también anquilosados, aún parecen añorar la época de locura generalizada que vivió la sociedad española durante los años que van desde la dictadura del general Primo de Rivera hasta la proclamación de la II República y el final de la guerra civil, no hay que cansarse de repetir que la reinstauración de la Monarquía constitucional en España ha sido un factor muy relevante a la hora de contribuir a que nuestra sociedad haya logrado en los últimos treinta años un período modélico de convivencia en su historia.

Oiga, de acuerdo, pero no me negará usted que si vamos a hablar de ideas e instituciones anquilosadas, habría que empezar por la propia institución monárquica. Pues sí, tiene usted toda la razón, pero vaya y cuénteselo usted a los británicos, ejemplo palmario de simbiosis perfecta entre monarquía y democracia durante muchos años y espero que por muchos más.

O sea, que no cree usted que la monarquía ya ha cumplido su papel histórico (reinstaurar el sistema democrático en España), y ahora lo que procede es volver a la república. Pues la verdad, qué quiere que le diga… Creo que defender la III República para España en la actualidad, es una auténtica estupidez y, sobre todo, una temeridad desde el punto de vista político. Yo confío en que nuestros queridos José Luis y Mariano sean capaces de controlar en el seno de sus respectivos partidos (otra vez las extremas: derecha e izquierda) los cantos de sirena que algunos entonan cada vez más frecuentemente para cuestionar el papel de la institución monárquica en el sistema democrático español. Ya se sabe que con el ánimo constructivo coexiste como antítesis un ánimo destructor que pretende siempre presentar como más democrático y más progresista todo aquello que signifique cuestionamiento de lo construido, sin entrar a analizar si lo construido ha sido bueno y debe ser no sólo conservado, sino incluso renovado y fortalecido al compás del paso del tiempo.

Vamos, que está usted hecho un auténtico monárquico de pro. Pues mire, si lo quiere ver así, aunque no sea así, pues véalo así. Estoy encantado con los Reyes, con los Príncipes y si me apura hasta con las Infantas. Seguiré defendiendo la institución como una solución hasta el presente insuperable a fin de organizar la convivencia en España, y manifestaré mi simpatía por las polémicas declaraciones realizadas por la Reina en un libro escrito por una periodista del Opus Dei, no sólo por estar de acuerdo con algunas de sus opiniones, sino sobre todo, porque creo que está en su pleno derecho a hacerlas, aún a riesgo de que las mismas no coincidan con la opinión de muchos españoles. Es más, creo que es aquí, en la exteriorización patente de esta posible discrepancia, donde radica la grandeza de la Monarquía constitucional: la opinión de la Reina, que es por encima de todo igual de legítima que la de cualquier otro ciudadano, no se ha de ver reflejada en las leyes que ha de promulgar el Rey y que son aprobadas por la voluntad popular, tal y como sucede con la ley que aprueba el matrimonio homosexual. ¿No le parece esto una manifestación grandiosa del sistema político que nos hemos dado libremente los españoles? Estoy convencido de que a la Reina sí se lo parece, por eso merece todo mi respeto.