miércoles, 31 de diciembre de 2008

2008, UN AÑO DIFÍCIL


Todos los augurios indican que las dificultades económicas que hemos visto en los últimos seis meses de este año a punto de finalizar serán incluso mayores en el año 2009. El año no sólo finaliza con una situación de recesión económica clara en las principales economías del mundo, sino que además se despide con conflictos bélicos en pleno apogeo (Israel/Palestina, República Democrática de El Congo), o situaciones muy delicadas que pueden desembocar en conflictos bélicos abiertos de incalculables consecuencias (India/Pakistan). Si a ello sumamos la presencia activa del llamado terrorismo islamista, las perspectivas para el año 2009 sólo pueden ser calificadas como muy preocupantes.

En el ámbito nacional, ayer mismo el Gobierno dio a conocer las líneas fundamentales del nuevo modelo de financiación autonómica. Significativamente, tratándose de una de las cuestiones fundamentales para el futuro de nuestro país, el tema se ha llevado al margen del Parlamento, o lo que es igual, a espaldas de la ciudadanía. Además, se trazan las líneas maestras (y hasta los detalles) del nuevo modelo en atención fundamentalmente a lo dispuesto por el Estatuto de Autonomía de Cataluña, sin que sepamos a estar alturas aún (lo cual clama al cielo y también al infierno) si el Estatuto en este punto es o no inconstitucional. En fin, creo que estamos ante otra nueva situación de “hechos consumados” que además pretenden legitimarse a través de la política de “más y más dinero para todos que ya Dios proveerá en el futuro”.

En el ámbito profesional (Universidad), las perspectivas pueden tornarse preocupantes si prosperan en toda España las movilizaciones de grupos izquierdistas en contra del Espacio Europeo de Educación Superior. Aquí lo más preocupante de todo es cómo se tergiversa la realidad a través de consignas huecas (acusación de que la reforma lo que pretende es acabar con la Universidad pública) que son coreadas por universitarios de buena fe que deberían de dejar la universidad por carecer de un mínimo sentido crítico. Si de verdad tuvieran sentido crítico, sus reclamaciones de reforma deberían dirigirse a cómo están actualmente funcionando las Universidades públicas, pues en general, tales pautas de funcionamiento son la expresión más perniciosa que yo conozca contra la viabilidad futura de las propias Universidades públicas.

En el ámbito personal, 2008 ha sido para mí un año difícil. Gracias a los médicos y al progreso de la ciencia, es un año que puedo ver cómo pasa al recuerdo, y cómo el que entra está cargado de esperanza y firme voluntad de cumplir a rajatabla las prescripciones médicas para ver, junto a mi familia, cómo también los venideros pasan al recuerdo.

Empecé a escribir este blog en mayo de 2008. Me gustaría poder seguir haciéndolo en 2009. A todos y todas salud y feliz año nuevo 2009.

martes, 30 de diciembre de 2008

TRATAR DE COMPRENDER A TU ENEMIGO


Es realmente difícil llevar al terreno de la razón la comprensión de la sinrazón, esto es, de la obcecación ante una actitud persistente en el tiempo de antipatía, resquemor, odio, venganza, asco… respecto a otra persona que recíprocamente y por lo general está igualmente obcecada con nosotros mediante la vivencia de idénticos sentimientos. ¿Quién no ha estado poseído en algún momento de alguno de esos sentimientos respecto a otro semejante? Es tan común el fenómeno, que incluso la aparición de algunos de tales sentimientos se crean y propagan por algunos conscientemente con respecto a otras personas (o pueblos, razas, etnias, grupos…) con las que nunca hemos tenido contacto personal alguno. Por eso siempre será preferible que sea uno mismo quien se cree o conviva con sus personales enemigos con nombre y apellidos, que no que los enemigos nos los creen otros sin nombre y apellidos. Rechazo que me etiqueten como amigo del pueblo palestino o del pueblo israelí, porque ello siempre será falso. Comprender algunas de las razones de la actuación del gobierno de Israel no ha de llevarme a negar algunas de las razones que esgrimen los representantes del pueblo palestino.

En el terreno de mis enemigos personales, he de reconocer que no han sido muchos –al menos en cuanto a los que yo he podido detectar y respecto a los cuales he desplegado mis armas de defensa y, en algunos casos, ataque-. En este año que acaba, y no precisamente en las fechas en las que estamos viviendo que presuponen al parecer una agudización de los sentimientos de comprensión hacia nuestros semejantes, me planteé no tanto perdonar a mis enemigos, como tratar de comprender las razones de su aversión hacia mi persona. Analizando caso por caso, traté de ponerme en el lugar de los mismos e interiorizar sus sentimientos. Está claro que la reciprocidad en cuanto a sentimientos nunca puede ser igual, esto es, será igual en cuanto a la fase de reconocimiento mutuo de la condición de enemigo, pero no en cuanto al origen o causa de la enemistad.

Pues bien, a pesar de esa dificultad objetiva de conocer a ciencia cierta las causas de la enemistad, lo que sí es cierto es que siempre cabe ponerse en lugar del otro para procurar comprender sus razones. Algunas de las conclusiones a las que llegué son las que paso a exponer seguidamente:

La envidia. Se trata, en mi opinión, de una causa bastante común en el origen de muchos de mis enemigos. Pero no piensen que envidia motivada por mi posición social o económica (ya quisiera yo…), sino más bien, porque muchos de mis enemigos que conviven en el ambiente universitario, están habituados a “tragar” carretas y carretones en su carrera profesional, y yo he tenido la suerte y la virtud de no tener que hacerlo.

La belleza que da la eterna juventud. Soy un tipo a estas alturas bastante pureta, pero joven de espíritu. Y ya ven, eso no te lo perdonan ni de coña. ¿Pero cómo?, te dicen, ¿de verdad estás metido en Facebook? (algunos están metidos en otros chats y se lo callan como zorritos).

La inteligencia. La verdad que no mucha, pero sí en la dosis suficiente como para ser capaz de reírme de mi propia sombra. Esto les resulta a mis enemigos insoportable. Y lo comprendo.

En fin, para que seguir reiterando los motivos que mortifican a mis enemigos. Es casi una crueldad. Y no estoy para crueldades. Estoy, por el contrario, predispuesto para entender las razones de mis enemigos y también para no cambiar de forma de ser y estar hasta la muerte, pero sí para olvidarme de mis enemigos y tratarlos a partir de ahora, si no como amigos –porque ellos no querrán- sí al menos como seres humanos con virtudes y defectos semejantes a los míos.

lunes, 29 de diciembre de 2008

"ES QUE SON COMO NIÑOS" (O SOBRE LAS LAS FORMAS DE MANIFESTARSE LA FELICIDAD)


La afirmación de partida podría ser del siguiente tenor: cuando actuamos como niños, lo hacemos en el sentido de no tomar en consideración determinadas reglas o normas que hemos interiorizado como pautas cuasinaturales de comportamiento en el contexto en el que vivimos. Desde la perspectiva de cómo nos ven otros con los que normalmente nos relacionamos, el que califiquen nuestro comportamiento en un momento determinado como el propio de los niños, no deja de ser una manifestación de disculpa y suave reprimenda a una actuación que no es la debida o que cuanto menos resulta extraña por parte de quien la realiza.

En definitiva, se trata de una cuestión que no puede ser encajada en sentido estricto en el reproche social de naturaleza condenatoria, sino más bien, en el juicio de complacencia contenida que se resiste a sumarse a la algarabía que siempre supone actuar de una manera que no es la habitual. No condenan nuestra actuación, sino que la justifican sobre la base de considerar que la misma responde a que actuamos como si fuéramos niños/as aunque en realidad no lo seamos. Me parece de verdad maravilloso, pues de alguna forma es una muestra de las espitas con las que cuenta nuestra sociedad para resolver la rigidez que supondría atenerse de manera estricta a las normas que rigen los distintos roles sociales.

Pero si lo pensamos bien –sobre todo los que nos empeñamos casi todo el día en ser animales racionales-, actuar como si fuéramos niños es una manifestación patente de que nos sentimos felices en el momento en que lo hacemos. Veamos algunos ejemplos:

Niños jugando al fútbol en la calle (cosa cada vez menos frecuente, desgraciadamente, por la prevalencia de los vehículos de motor). Señor circunspecto y con pinta de funcionario que inicialmente pasa junto a los niños con mirada un tanto desvaída de reproche, pero al que de repente le llega la pelota y sin pensárselo dos veces empieza a jugar con ella driblando a sus oponentes hasta acercarse a la portería y disparar a gol ante el asombro y la incredulidad de los pibes, que parece actúan en tales momentos como austeros adultos, máxime si el tiro se ha transformado en gol.

Acompañar a un amigo que tiene un vehículo en el que transporta quinientos kilos de cebollas por toda la autopista que cruza el sur de la isla de Tenerife, embarcar en el transbordador que va hasta la Gomera, y cuando desembarcamos, cruzar la capital de la isla, San Sebastián, con la música a todo volumen (ameniza la función el grupo “Los Concejales”, ¡toma ya¡). (Nota: una auténtica horterada de la que disfruté como un “enano” con un buen amigo que ya no está en este mundo).

Encontrarse en el exterior de El Corte Inglés en Madrid y advertir que en ese momento hay una cámara de TVE y una locutora que da cuenta del ambiente reinante respecto a las compras de navidad: en la imagen que se reproduce en la TV se advierte un mogollón de adultos llamando con el teléfono móvil a cada casa para que los vean haciendo el pato (saludando y saltando) para toda España.

(…) Piensen en casos similares y encájenlos en lo que venimos diciendo.

Ahora piensen en la calificación que muchos europeos hacen del comportamiento de algunos norteamericanos célebres en momentos determinados, cuando éstos optan por romper las reglas y actuar como si fueran niños. Son calificados como “ingenuos”, esto es, poco respetuosos con las formas que rigen los comportamientos protocolarios, en fin, algo realmente condenable pero que se queda en una mera acusación de ingenuidad. (¿Sería concebible que la Reina de Inglaterra no se reprimiera un ataque de “risa boba” en una audiencia con el Presidente ruso, tal y como le sucedió en su momento a B. Clinton con B. Yeltsin?).

Estoy convencido de que la recuperación por los adultos de sus actuaciones como niños, es no sólo una buena señal de salud mental, sino también, de confianza en uno mismo y en el breve trazo que existe entre la vida y los momentos de felicidad. Tal vez sea esto último lo que les suceda a los norteamericanos, de ahí que en ocasiones subviertan las formas y pongan por encima de todo los contenidos, perdiendo así todo temor a hacer el ridículo.

Es por todo lo anterior por lo que he de reconocer me gusta la persona del Rey de España, pues en algunas de sus actuaciones se parece más a los personajes célebres norteamericanos que a la Reina de Inglaterra.

viernes, 26 de diciembre de 2008

AYER 25


Almuerzo con la familia en casa. Con las obligadas ausencias de algunos seres queridos y aún recordados a diario por los que vamos quedando y no deseamos irnos salvo que nos toque por edad. Día esplendido, con un sol radiante, aire limpio, atmósfera despejada, mar azul y en calma, temperatura agradable y vistas de la primera nevada, aún no copiosa, sobre el majestuoso pico del Teide, ¿se puede acaso pedir más? Pues sí, que el próximo año sea igual, como mínimo, al presente. Salud y felicidades para todos.

jueves, 25 de diciembre de 2008

ESPÍRITU NAVIDEÑO


Día de navidad del año 2008, albores del tercer milenio después del nacimiento de Jesucristo. Fechas de deseos de paz, amor y reconciliación entre los humanos. Pero también, fechas en las que –jamás pude llegar a creer que haría esto- es urgente y necesario que todos consumamos más a fin de así contribuir a que la recesión económica no sea cada vez mayor. Gastar más para poder volver a vivir mejor, evitar que despidan a miles de trabajadores, que cierren muchas pequeñas y medianas empresas, que miles de inmigrantes se vean obligados a regresar a sus países de origen, que los habitantes de los países más pobres aumenten su pobreza… Lo decía hace un rato el rey de España: en la actual coyuntura es más necesario que nunca que todos tiremos al unísono del carro, y ello significa, entre otras cosas, trabajar más –los que puedan hacerlo- y mejor, convencidos de que el aumento de la calidad en lo que hagamos repercutirá de seguro en mejoría para todos.

Si algo de verdad me ha sorprendido de la actual crisis económica es comprobar cómo en cuestión de semanas los indicadores económicos positivos se vuelven negativos. De cómo el nivel de desempleo aumenta de manera imparable con las nefastas consecuencias que ello supone para miles de personas que de la noche a la mañana se ven en la calle y frustradas sus expectativas vitales, o sin poder hacer frente a sus deudas, o sin poder mantener el nivel de vida que hasta entonces mantenían… Es algo que hace muy poco tiempo nos parecía imposible pudiera suceder, pero ahí está, como una especie de catástrofe que de manera paulatina va haciéndonos sentir desamparados e impotentes ante un proceso que resulta imposible de controlar en exclusiva desde el ámbito nacional, aunque sea también mucha la responsabilidad de cada nación y de sus fuerzas políticas y sociales a la hora de aportar vías de solución a la crisis. Entramos en un nuevo año con presagios de auténtica incertidumbre en el terreno económico, pero también, en otros ámbitos, como pueden ser el conflicto palestino-israelí o la situación en Afganistán-Pakistán, que aunque en ocasiones nos puedan parecer conflictos lejanos, son tan nuestros como el que nos crea la presencia de ETA y sus actuaciones criminales.

Pero estamos en Navidad, época de reunificaciones familiares, de deseos de felicidad a los amigos y a los que no lo son, de anhelos de paz a todos los hombre y mujeres de buena voluntad, de solidaridad con los no favorecidos por la circunstancias, en fin, de reflexión serena sobre la necesidad de procurar siempre el consenso como objetivo y no la confrontación, aunque luego haya que llegar a la confrontación de las ideas de cada cual en la pacífica batalla electoral o en la misma vida diaria. Es la gran ventaja de la democracia que hemos construido entre todos en este gran país que se llama España. Feliz Navidad.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

A TIRADO, DE MOMENTO, NO LO HAN DEJADO TIRADO...


La decisión del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de confirmar la multa de 1.500 euros al juez Rafael Tirado por su actuación en el llamado caso Mari Luz, ¿una vergüenza nacional? Uf¡, qué complicado… Una pobre niña muerta, un presunto autor encarcelado, una secretaria judicial sancionada, una familia destrozada, un juez cuestionado por su falta de diligencia a la hora de velar por la ejecución de una sentencia, una sociedad doblemente cabreada: por el deficiente funcionamiento de un servicio público tan relevante como el de la impartición de justicia y por la existencia de delitos sexuales en los que las víctimas son niños y niñas de corta edad que están “blandamente” penalizados, en fin, un auténtico cóctel explosivo cuya propia existencia es lo peor que puede acontecer a la hora de tratar de pergeñar un juicio prudente sobre el mismo. Es la concurrencia de esta última circunstancia la que en mi opinión se conforma –al margen, obviamente de la muerte de la niña- como aspecto más grave de toda esta historia. El cuestionamiento social mayoritario de las decisiones judiciales al compás de la concurrencia de los hechos que las motivan, suele ser un síntoma preocupante respecto al funcionamiento de la Administración de justicia.

¿Pero acaso no han tenido el tiempo y el sosiego necesario los miembros del CGPJ para calificar en debida forma la actuación del juez R. Tirado y aplicarle la correspondiente sanción? Pues resulta que para aquellos que con carácter previo a la resolución adoptada ya habían manifestado su patente insatisfacción por la multa de 1.500 euros, la decisión adoptada por el CGPJ confirmando dicha sanción no sólo es imprudente, sino claramente injusta. El juez Tirado se merecía una sanción más gravosa. Los miembros del Consejo, de acuerdo con esta corriente de opinión, han actuado en este caso en función de intereses corporativos: se trataba de defender la actuación del juez o, al menos, de “comprenderla” en atención a todas las circunstancias que concurrieron en el caso con anterioridad a la muerte de Mari Luz.

Bien es verdad que la resolución adoptada por el CGPJ podrá ser objeto de revisión por un tribunal de justicia, en este caso, el Tribunal Supremo, lo cual es una manifestación de las garantías que afectan al juez Tirado y a aquellos otros que se sienten de una u otra forma víctimas de su actuación. Y sin embargo, vistas las posiciones previas ¿quién se va a fiar de la iurisprudentia del Tribunal Supremo? Pues con toda certeza y convicción, quien esto suscribe, pues si así no fuere, mejor apaga y vámonos…

Tengo la impresión de que tanto el juez Tirado, como la secretaria judicial que ya fue sancionada por el Ministerio de Justicia, como en general el personal al servicio de la Administración de Justicia, así como muchos otros ciudadanos de este país, estamos un pelín hartos de la improvisación y de la demagogia de nuestros gobernantes. A estas alturas aún no ha salido la autoridad competente para explicar a los ciudadanos que el funcionamiento de la Administración de Justicia en nuestro país es bastante deficiente en atención, fundamentalmente, a la escandalosa falta de medios de todo tipo que le afectan y a la “loca” distribución de competencias entre el Estado y las CCAA. El problema no son los jueces, ni los secretarios, ni la madre que los parió, sino la falta de coraje de los sucesivos responsables gubernamentales (estatales y autonómicos) a la hora de dotar de recursos y de pautas de funcionamiento modernas a un servicio público que está organizado y concebido sobre presupuestos decimonónicos.

Ya se que en el ámbito penal no es aceptable, en orden a la atribución de culpabilidad al sujeto, propugnar aquello de que “el que es causa de la causa es causa del mal causado”, pero a veces resulta un tentación casi irresistible hacerlo, y no me refiero al juez Tirado, sino a nuestros representantes políticos, que se supone cobran de nuestros impuestos para resolver los problemas que nos afectan.

martes, 23 de diciembre de 2008

CANARIAS NO ES ESPAÑA Y LOS CANARIOS NO SOMOS ESPAÑOLES (!TOMA DEL FRASCO, CARRASCO¡)


Oiga, como lo oye. Así de contundente se manifiesta de forma machacona en los últimos tiempos el editorialista del periódico El Día, considerado, al menos en cuanto a número de ejemplares distribuidos, como uno de los principales diarios de Canarias. Es de tal envergadura y tozudez la campaña emprendida, que el recuerdo de Antonio Cubillo y su lucha por una Canarias independiente no pasa de ser, en términos comparativos, más que una mera anécdota (a pesar de los muertos y del intento de asesinato del propio Antonio Cubillo) con ribetes de cierto humor y pura megalomanía del principal actor del “proceso de lucha”. Bien es verdad, sin embargo, que muchos en Canarias consideran que el contenido de los editoriales que casi a diario publica el periódico El Día a favor de la soberanía de Canarias frente a la metrópoli española, no dejan de ser también una mera anécdota de las ocurrencias que en este caso corresponden al editor-propietario del periódico D. José Rodríguez, que ha pasado a ser en los últimos tiempos no ya el abanderado de los planteamientos políticos de Antonio Cubillo, sino el verdadero protagonista –con un énfasis juvenil revolucionario sorprendente para su edad- de una campaña, de momento pacífica, a favor de la conquista de la soberanía de Canarias frente al yugo colonial impuesto por España desde el siglo XV.

En el comentario publicado en el día de ayer (“Canarias no es de los españoles”) (www.eldia.es), el autor del mismo afirma, entre otras barbaridades supuestamente humorísticas, lo siguiente: “La Constitución española es para el continente, no para Canarias, Quien piense lo contrario es un tonto”. Como saben los que siguen, regular o irregularmente, las opiniones que aquí se expresan, no está en mi ánimo referirme a las cuestiones domésticas, esto es, que se originan y transcurren en el ámbito del Archipiélago. Alguna vez lo hago, pero siempre será de manera excepcional, salvo, claro está, que de la anécdota se pase a reivindicar la lucha armada o se empiece a discriminar de una u otra forma a los españoles que hemos nacido y vivimos en Canarias. Y una de esas excepciones es la de hoy, entre otras razones, porque me ha llegado al alma el hecho de que me califiquen como un tonto por pensar que la Constitución española de 1978 sí debe ser para Canarias porque Canarias es España.

El que personalmente me autocalifique como “un pequeño burgués cada día más tonto”, no significa que cualquier otro que se crea muy listo o incluso tan tonto como yo, pueda tratarme como un tonto. De ninguna de las maneras. Mi condición de tonto y el ámbito de mi tontería la defino yo, no cualquier otro, aunque sea el más listo o más tonto del universo. Oiga, pues hasta ahí podíamos llegar… Precisamente por eso, cuando el redactor de este comentario del periódico El Día me califica como tonto por pensar que la Constitución española de 1978 sí es para Canarias, su aviesa intención no es otra seguramente que la del insulto, así que desde aquí le ruego no continúe por una senda que una vez iniciada no se sabe muy bien a qué tonterías puede conducir. En todo caso, que sepa de primera mano que si defender la Constitución de 1978 él lo considera propio de tontos, pues que aquí tiene a uno de ellos.

lunes, 22 de diciembre de 2008

SOBRE LA RISA BOBA: UNA EXPERIENCIA SALUDABLE PARA EL QUE RIE Y DUDOSA PARA EL QUE LA PADECE


Estoy seguro que debe tener una explicación científica, como casi todo en esta vida, pero la desconozco y tampoco tengo mayor preocupación por conocerla. La cuestión es que cuando el acontecimiento se produce, la consecuencia no suele ser otra que la imposibilidad del autocontrol sobre nuestra propia risa y la “mosca” que la misma puede provocar en la persona o personas que por lo general resultan ser los causantes-víctimas directos de la misma.

Hace ya bastantes años, cuando era menos tonto de lo que actualmente soy, tuve la osadía de matricularme en un curso de esperanto que se impartía por el profesor D. Juan Régulo en la Universidad de La Laguna. Fue en la primera clase, después de la presentación que había hecho el profesor, cuando el mismo me pidió que leyera una frase que había escrito en la pizarra. En ese momento, cuando intenté leer la frase y reproducirla, me resultó totalmente imposible hacerlo. Tuve un acceso incontrolado de risa boba que se fue agravando a medida que el profesor (D. Juan era un señor de estatura media-baja y un poco gordito) reflejaba en su cara el color rojizo típico de un colérico ataque de rabia ante lo que él vería –nada más alejado de la realidad- como una manifestación suprema de mala educación y falta de respeto por mi parte hacia su persona. Cada vez que D. Juan me decía algo, mi risa aumentaba y se hacía total y absolutamente incontrolable. En un momento de descontrol por su parte, se acercó a mi pupitre y, gritándome, me ordenó que abandonara el aula. Salí del aula sin poder parar de reírme y nunca jamás volví a asistir a clases de esperanto, con lo que se frustró de manera definitiva mi afán con acceder al conocimiento de una lengua que pretendía ser universal. Y aunque siempre me pesó no haber ido a disculparme, creo que fue lo mejor que pude hacer, pues mi parte consciente me decía que de haberlo hecho nada podía garantizar que mi inconsciente no volviera a traicionarme.

Años después, siendo ya profesor en la universidad, se reprodujo la misma situación originadora de una risa boba incontrolada, con ocasión de un examen oral que realicé a una alumna en presencia de sus compañeros de curso. La alumna, una vez tomó asiento frente a mí y le hice la primera pregunta, no podía articular palabra, seguramente por el estado de nerviosismo y ansiedad que le provocaba el tener que exponer oralmente sus conocimientos en público. A pesar de que traté de tranquilizarla e incluso le dije que se retirara unos minutos, fue imposible. Entonces, en un momento determinado, la alumna me espetó: “profesor, es como si tuviera una papa trabada en el gaznate”. A partir de aquel momento, mi risa boba hizo acto de presencia y ya no pudo parar. Tuve que suspender el examen, tranquilizarme y rogar a la alumna que se presentara a examen al día siguiente, o bien, que lo hiciera por escrito.

De momento no tengo conciencia de haber provocado en otras personas una risa boba, pero estoy totalmente preparado para cuando ello suceda. Me sumaré casi con toda seguridad a participar de la misma, pues si hay algo que sin ningún género de duda es contagioso y saludable es reírse… y más si es de uno mismo.

viernes, 19 de diciembre de 2008

MARUJA TORRES


Maruja Torres es una periodista muy conocida de nuestro país que si por algo puede ser caracterizada es por ser una representante muy cualificada del denominado “mundo progresista”. Reproduzco aquí su artículo publicado ayer en la última página de El País por considerar que el mismo es muy representativo de lo que yo comentaba en mi artículo de ayer. En todo caso, creo de verdad que en esta ocasión se ha pasado, pues no sólo anhela un nuevo atentado contra la integridad de Bush, sino que llega incluso a desearle males mayores.

Pobres perros

Las ruedas de prensa con mandatarios -en especial si son mundiales- suelen constituir uno de los espectáculos más repugnantes que ofrece la profesión más simultáneamente antigua del mundo, que es la de contar por qué el putón de Evita apareció contoneándose con la manzana.

El género se ha visto dignificado por el zapatazo informativo reciente pero, dado que no alcanzó su objetivo previsto, por muy saliente que fuera el presidente, cabe esperar que la próxima vez, si es que la hay, lance su arma una periodista libanesa habituada al tacón de aguja, de veinte centímetros, en cristal con falsos diamantes dentro: un auténtico calzado-racimo.

Es triste que a Bush se le llamara perro. Como ciudadana de un país donde, en la infancia, tuvo que leer tebeos en los que el héroe cristiano denominaba a los árabes "perros sarracenos", comprenderán que me altere el que un can, cualquier can, sea desdeñado por seguir un texto fundacional religioso que probablemente tiene su origen, como los otros, en el hecho de que por entonces aún no se hubiera inventado el cinematógrafo (es tesis que algún día desarrollaré con más calma). Indignante resulta que, centurias después, se siga utilizando la palabra perro para humillar al contrario.

Pero ello no ha sido todo. Nuestros amigos los cánidos han tenido que aguantar que dos representantes suyos ilustren la felicitación navideña de la Casa Negra. Eso me parece aún más terrible, porque denota una falta de sensibilidad notable, y también de imaginación. Puede que los Oh-Bushes y sus asesores encuentren ingenioso lucir a sus mascotas engualdrapadas, como demostración de su más alto grado de ¿civilización? A mí se me ocurre otro christmas mucho más merry. Y es El Saliente sentado sobre el regazo de su amo, el conocido ventrílocuo Dick Chenney, con una planta roja encima de la cabeza y un lazo en el cuello. Un buen lazo en el cuello, sobre todo.

jueves, 18 de diciembre de 2008

LOS ZAPATOTERISTAS Y BUSH


¿Recuerdan ustedes a algún presidente de los Estados Unidos de América que no haya sido objeto de auténtico aborrecimiento por parte de los progres de este país mientras estaba en activo? Yo creo que no existe ninguno, pues incluso JFK, que fue asesinado en el año 1963, es recordado aún por los progres (eso sí, por los pocos que van quedando de aquella época si es que aún queda alguno) como el responsable que quiso acabar por la vía violenta (desembarco en Bahía de Cochinos) con el “pacífico y democrático” gobierno revolucionario de Fidel Castro y los barbudos de Sierra Maestra. Yo creo que no es ninguna temeridad afirmar que de haber triunfado el desembarco, hoy los cubanos vivirían posiblemente mucho mejor que como lo han hecho bajo la dictadura castrista. Seguro que, como mínimo, hubiesen tenido derecho a celebrar periódicamente elecciones libres para nombrar a sus representantes políticos, o derecho a entrar y salir de su país sin que ninguna autoridad dictatorial se lo pudiera impedir. (De mi época de estudiante progre, recuerdo a un profesor de filosofía al que calificábamos de facha, que siempre estaba criticando las doctrinas marxistas, y que cuando se refería a Cuba, señalaba que allí la Revolución comunista había logrado lo que nunca antes había conseguido nadie: la casi plena igualdad entre todos los ciudadanos, esto es, que la gran mayoría de los cubanos no comiera carne ni bebiera leche).

En esta España agraciadamente democrática, declararse todavía hoy como simpatizante de los americanos es un tanto arriesgado. Como mínimo, supone de manera inmediata ser tachado como no progre, lo que significa un primer paso decisivo para ser calificado luego en términos negativos como un tipo de la derecha más reaccionaria o partidario de las corrientes neocon; vamos, un partidario, en el ámbito doméstico, del aznarismo más furibundo. Es verdad que a la inversa suele ocurrir algo similar, esto es, que los no progres califiquen de progre a algunos, pero cuando esto ocurre, las consecuencias suelen ser más llevaderas, pues constituirá el primer paso para ser escuchado en algunos ambientes y sectores que monopolizan el otorgamiento de señas de identidad o de pureza en distintos terrenos, pero sobre todo, en el ámbito cultural (aún resulta extraño en este país que puedan existir intelectuales que se declaren, por activa o por pasiva, como no progres).

El presidente Bush ha sido un presidente nefasto para su país (lo cual, en verdad, poco importa desde España), pero sobre todo, para el resto del mundo. Cada día que pasa se confirman las predicciones que en su momento ya adelantaron los progres de este país. La culminación de tanta maldad intrínseca y extrínseca ha alcanzado su cénit con el bien merecido insulto de “perro” y el intento de estamparle un zapatazo en la cara por parte de un periodista iraquí indignado, con ocasión de la rueda de prensa que Bush realizó en Bagdad hace unos días para despedirse del legítimo gobierno de Irak.

Si efectivamente el gobierno legítimo de Irak se consolida y la sociedad iraquí logra afianzar en el país un régimen democrático, el incidente provocado por este periodista será recordado como lo que realmente ha sido, esto es, como un intento serio de agresión a la figura de un presidente de los Estados Unidos que, con aciertos y errores, trató de instaurar en Irak un régimen democrático. Que el incidente genere risa no está mal, pues hasta el propio presidente Bush se lo tomó con cierto sentido del humor, pero lo que no cabe obviar es que en aquel momento los zapatos representaban el contenido completo del cargador de un kalashnikov. Agraciadamente fueron debidamente esquivados. Espero y deseo que con el paso del tiempo el periodista pueda finalmente pedirle disculpas a Bush, pues será la señal de que finalmente los iraquíes han logrado consolidar su sistema democrático y podrán entonces reconocer abiertamente y sin miedo que algo tuvo que ver con ello el expresidente Bush.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

SACAR LAS CASTAÑAS DEL FUEGO


Los domingos por la mañana suelo ir a un mercadillo del agricultor que está muy cerca de mi casa. Me gusta ir a comprar la verdura de la semana, un queso blanco pequeño y fresco, la fruta (naranjas, papaya, guayabos, manzanas), papas, pan para el día, gofio “misturado” (garbanzo, millo, trigo y cebada), algún mojo canario… Suelo comprar generalmente en el mismo puesto, pues ya me conocen las dos hermanas que lo atienden y además de hacerlo muy bien, siempre tienen el detalle de obsequiarme con alguna fruta de más. Cuando les digo que haciéndome esos pequeños regalos el negocio se les va a ir a la ruina, suelen contestarme con cierta sorna que existiendo clientes fieles como yo, eso será imposible.

La primera vez que me paré a comprar en aquel puesto, una de las hermanas me miró atentamente y me preguntó: “¿Usted no será de Hacienda, verdad?” Me quedé bastante sorprendido con la pregunta, y mi respuesta yo creo que también sorprendió a mi interlocutora. Casi de forma automática le dije que sí, que yo era de Hacienda, pero que sin embargo no tenía nada que ver con el cobro de impuestos, pues mi función era la de dar clase en la universidad sobre temas relativos a la Hacienda pública. “¿Ve usted?”, me dijo con cierto rintintin, “yo no suelo equivocarme respecto a las personas”.

Pasaron dos o tres fines de semana en los que continué cumpliendo con mi cita obligada de compra en el mismo puesto, hasta que por fin este fin de semana pasado la señora me presentó a su marido. Una persona agradable y con buen sentido del humor. Nada más intercambiar los saludos protocolarios, me dijo: “Oiga, cristiano, ¿sabe usted que a mi mujer le encanta que le estén sacando siempre las castañas del fuego?” Le respondí casi sobre la marcha “¿y a quién no?” En ese momento, la mujer, dirigiéndose mí, me propinó un figurado directo de derecha en el mentón: “Por cierto, Don Guillermo, usted no conocerá a alguien en Hacienda que pueda orientarme sobre una subvención que me concedió hace dos años la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias y que ahora me reclama Hacienda porque no la declaré en su momento?”

Con la edad no siempre es verdad que se vayan perdiendo reflejos (basta con advertir, por ejemplo, la excelente flexibilidad de cuerpo y cintura del presidente Bush), sino que éstos, al menos desde el punto de vista mental, se agudizan. Hace pocos años, mi respuesta a aquel directo de derecha formulado por la señora, hubiera sido la propia del que queda noqueado y medio tonto: “No se preocupe, tráigame los papeles que le ha enviado Hacienda que yo le oriento sobre el tema”. Ahora, sin embargo, por mi mente pasó esa luz repentina que también le había pasado instantes antes a la señora y recordé de forma inmediata a quién podría recurrir para que me sacara a su vez a mí “las castañas del fuego”. Ahí estaba, casi que como por arte de magia, el nombre de un conocido, antiguo alumno, funcionario de Hacienda, al que podía remitir a la señora para que intentara resolverle su problema.

Oiga, y no se trata de que nos quitemos de encima los problemas ajenos, sino más exactamente, de todo lo contrario, de tejer una red solidaria que nos permita que siempre exista alguien, dependiendo de cada circunstancia, que nos pueda “sacar las castañas del fuego”.

martes, 16 de diciembre de 2008

UN CÍRCULO VICIOSO


Otra nueva estafa monumental (las cantidades me superan y ya soy incapaz de transformarlas automáticamente en pesetas que es la moneda que todavía controlo mejor en términos mentales) por parte de otro, hasta hace muy poco, gurú de las finanzas. Este presunto sinvergüenza y estafador radicado en uno de los centros de las finanzas mundiales (New York), se ha apropiado y dilapidado los ahorros de confiados y alegres inversores sobre la base de ofertar a los mismos unas rentabilidades y unos pingües beneficios que se salían de lo que normalmente ofertaba el mercado. El sistema, al parecer, no era nada sofisticado. Se trataba del mismo sistema que en España se aplicó en el caso Gescartera o en el de Forum Filatélico, sólo que aquí los clientes eran más selectos, y que en definitiva es parecido al sistema que legalmente emplean los Bancos para captar el ahorro de sus clientes. En ambos casos el negocio está fundamentado en la confianza y en las expectativas de obtener una rentabilidad importante de la inversión realizada. La diferencia radica en que en un caso la quiebra de la pirámide no está respaldada por el Estado, y en el otro sí. En un caso estaremos ante la comisión de un delito de estafa, y en el otro ante un problema de falta de liquidez e incluso de solvencia, pero respecto al cual el Estado debe responder ante el riesgo de quiebra del conjunto del sistema financiero.

Sin duda, en la moderna sociedad capitalista, son muchos los ciudadanos que optan libremente por colocar los “ahorros de su vida” en atención a las ofertas más ventajosas que existen en el mercado. Se trata no sólo de una opción totalmente legítima, sino muy comprensible en atención a los anhelos humanos. Y cuando ocurren situaciones como las apuntadas, es igualmente legítimo que los ciudadanos-inversores reprochen al Estado que el mismo no hubiera controlado debidamente las actividades de los que luego serán declarados presuntos estafadores, una vez se hayan volatilizado los ahorros de los mismos. El proceso es siempre parecido. Los titulares de un capital grande, mediano o pequeño destinado a la inversión en el mercado financiero, lo primero que demandan es que se les garantice una buena o excelente rentabilidad; lo segundo, que se les garantice opacidad desde el punto de vista fiscal y, si ello no resultare posible, que la fiscalidad resulte lo menos gravosa posible; y lo tercero, que cuanto menos “meta las narices” el Estado en el devenir de la inversión, mejor que mejor. En realidad, lo quieren todo: si la inversión va bien, avanti, a toda máquina y ni hablar de intervención del Estado; pero si va mal, reclamación inmediata preguntando dónde está el Estado que ha permitido la comisión de una posible estafa.

Nunca me han gustado los delincuentes, y menos, si estos son de los calificados como de “cuello blanco”, que normalmente además no suelen dar con sus huesos en la cárcel. Sin embargo, cuando veo que estos otrora endiosados gurús de las finanzas son capaces de tomarles el pelo a los hombres y mujeres más ricos del planeta, no puedo evitar sentir una honda satisfacción al comprobar cómo estas grandes fortunas evitan salir a la palestra a manifestar que han sido esquilmados por uno de los suyos. Sufren en su millonaria soledad la leve angustia de una mala jugada. Es lo menos que se merecen en castigo a su desmedida avaricia.

lunes, 15 de diciembre de 2008

NADA MÁS LEJOS DE MI INTENCIÓN


Un buen amigo me comenta que muchos de los artículos de mi blog están tomando un cariz un tanto preocupante con relación a mis críticas a la denominada clase política, y que de alguna forma, me dice, podrían ser interpretados como una crítica o un cuestionamiento a los fundamentos mismos del sistema democrático representativo. Y, claro, ya se sabe lo que eso puede suponer en España, tierra de escasa tradición democrática donde aún no sólo está cercano el recuerdo del régimen dictatorial del general Franco y el intento de golpe de estado del teniente coronel Tejero, sino también, las permanentes destemplanzas que ocasionan los asesinatos de ETA, determinadas declaraciones de políticos nacionalistas irresponsables y, sobre todo, los malos augurios que para cualquier sistema democrático siempre conllevan los vientos de una crisis económica.

Como no podía ser de otra manera, lo he tranquilizado, y aunque no le he podido convencer seguramente de que es la edad lo que me ha vuelto un poco más de derechas (aunque prefiero afirmar que en realidad me he vuelto más tonto, y en alguna ocasión explicaré por qué), sí que le he convencido de que en realidad no son mis críticas y muchas otras similares a las mías las que socavan los fundamentos de nuestro sistema democrático, sino que sobre todo, los motivos hay que buscarlos en las actuaciones erráticas que realizan los partidos políticos y muchos de sus dirigentes y militantes. Es la clase política la que fundamentalmente se ha transformado en la actualidad en uno de los mayores riesgos del sistema democrático. Y es esto lo que todos los demócratas debemos denunciar, pues si por algo debe caracterizarse a la democracia es por la posibilidad de que cualquier ciudadano ejercite su derecho-deber a opinar sobre los asuntos que a todos nos atañen y nos preocupan.

En el artículo de Pedro J. Ramírez de ayer domingo en el diario El Mundo, venía este a poner de manifiesto una sensación que es hoy común a muchos ciudadanos en España: el cada día menor nivel político, intelectual, profesional e incluso ético que actualmente se exige a cualquier persona para asumir y desarrollar responsabilidades políticas públicas. Y no se trata de abogar porque los puestos de responsabilidad política sean ocupados por los “mejores” provenientes de otras profesiones, pues no necesariamente ello es signo de garantía alguna para que la política cumpla con sus cometidos propios, pero sí de afirmar que algo no debe de estar funcionando debidamente en el sistema cuando sucede que los “mejores” rechazan o esquivan cada vez más la asunción de cualquier tipo de responsabilidad política a favor de la comunidad. Cuando la vox populi señala que hoy a la política se va a ganar y no a perder dinero e influencia personal, se está manifestando que una buena parte de nuestros políticos en lo menos que piensan es en asumir el mínimo sacrificio por los demás.

Cada uno de nosotros, en nuestra condición de ciudadanos, es posible que vivamos a diario la experiencia vital de comprobar cómo el régimen de descentralización política que hemos desarrollado en España, se ha traducido en una ampliación casi ilimitada de la clase política, aparte, claro está, de la burocracia. Siempre se podrá decir que este régimen de descentralización ha supuesto un desarrollo económico innegable de España en su conjunto, puesto que la referencia comparativa no es otra que la de una España centralizada previa a la Constitución de 1978. Sin embargo, lo anterior no es óbice para que nos planteemos qué hubiera sido de la España democrática si la descentralización no hubiera alcanzado los grados que ha alcanzado y las distorsiones de muy diversa clase y naturaleza que ha provocado. Plantearse este tipo de cuestiones es posible que sea visto por algunos como un rasgo característico de un espíritu antidemocrático e incluso fascista-centralista. Sin embargo, entiendo que ello sería signo de todo lo contrario, pues repensar a la luz de la experiencia las técnicas de organización del poder político, no sólo es lo más democrático, sino seguramente también lo más sano desde el punto de vista del fortalecimiento y subsistencia del propio sistema democrático. En consecuencia, nada más lejos que pretender cuestionar el sistema democrático; se trata tan sólo de no ver la realidad con orejeras que nos impidan mirar a izquierda y derecha.

viernes, 12 de diciembre de 2008

SALVAR AL COCHINO EUSTAQUIO


No, no es para tomárselo a guasa. Lo de “Salvar al soldado Ryan” era una obra de ficción de Steven Spielberg que muy bien podía coincidir con lo que realmente sucedió en algún episodio de la segunda guerra mundial, pero es que lo de “Salvar al cochino Eustaquio” (nombre figurado por respeto a la intimidad del animal) es verdad como la vida misma. Un cerdo de más de doscientos kilos ha logrado salvar su vida gracias a que un grupo de defensores de los animales convenció a su dueño para que no lo sacrificara a cambio de pagarle cierta cantidad de dinero con la que poder comprarse otro cerdo de similares características. ¿Usted lo entiende? Pues si quiere que le sea franco, yo no entiendo a estas alturas absolutamente nada. El evento sucedió en Galicia, pero podía haber ocurrido en cualquier otra parte de España (¿o lo correcto es decir del Estado español?).

Creo, sinceramente, que una parte de la sociedad española (¿pero sigue existiendo la sociedad española?) está perdiendo la chaveta a una velocidad pasmosa. Estos supuestos defensores del cerdo (pero también del pollo, del bonito, del mono… y de todos los seres vivos irracionales que se les pongan por delante), están expandiendo diariamente una ideología que sólo puede ser calificada como la expresión más sutil y venenosa que ha existido contra el respeto a la vida en el planeta tierra. Como sucede con todas las ideologías que en este mundo han existido, existen y existirán, sus seguidores activos suelen ser sujetos que no actúan pensando en qué es lo que hacen, sino en lo único que saben hacer, que es actuar bajo el impulso que les proporcionan las consignas recibidas no se sabe muy bien por parte de quien ni de dónde (a veces pienso si no tendrá algo que ver en esto el Dalai Lama). Y la única consigna en este caso es que hay que salvar a los animales donde sea, como sea y ante quien sea su potencial ejecutor o no ejecutor pero sí comedor, por una razón que es fundamental pero que ellos desconocen: a fin de así garantizar la progresiva deshumanización del hombre y la correlativa humanización de los demás seres vivos. El objetivo no es que el ser humano sea cada día más humano, sino más bien, que los demás seres vivos sean cada día más humanos, hasta el punto de que algún día no lejano las “brigadas del amanecer” nos vengan a buscar a casa por haber matado y comido, no ya un pollo, sino un simple repollo.

Soy un amante de la vida y, en particular, de los animales, desde pequeñito. En mi casa viví y aprendí que era inherente al proceso de la vida que un buen día le regalaran a mi padre un pollo o un conejo vivo y que este los matara sin ánimo alguno de crueldad para así podérnoslos comer en familia (hace años, a los maestros de escuela, también llamados “nacionales”, las buenas gentes del pueblo tenían la deferencia de hacerles regalos útiles en agradecimiento a que sus hijos aprendieran). Sin embargo, yo a mis hijos no les he enseñado mediante la práctica ese proceso de la vida, sino que se han comido el pollo o el conejo de la misma forma en que se comen el repollo, esto es, sin que tales seres les transmitan el espíritu y la realidad de la vida misma. De alguna forma los he preparado, sin quererlo, para que sean víctimas de una estúpida ideología que empieza por proclamar el reconocimiento de derechos para los animales no humanos (en realidad lo que existen o tendrían que existir son deberes de los humanos para con estos otros animales) y terminará por tratar de que se culpabilice a los humanos de comerse a los no humanos que, sin embargo, serán considerados más humanos que los propios humanos, pues los supuestos humanos habrán tratado de cometer la inhumanidad de comerse a seres vivos como ellos y, por tanto, igual de humanos o, al menos, con igual derecho a vivir dignamente como auténticos humanos. Así es… ¡Salvar al cochino Eustaquio¡ ¡Es el lema sagrado de la nueva ideología!

jueves, 11 de diciembre de 2008

MARTHA FRAYDE: EXILIADA CUBANA

60 ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERERCHOS HUMANOS
Entrevista publicada en el diario El Nuevo Herald el miércoles 10 de diciembre de 2008 (http://www.elnuevoherald.com/)


MARTHA FRAYDE: ''Cuba vive un momento de parálisis política''

WILFREDO CANCIO ISLA / El Nuevo Herald

Casi al cumplirse medio siglo del triunfo revolucionario que respaldó con pasión desbordada en enero de 1959, la doctora Martha Frayde prefiere pensar en esta etapa histórica como "un interregno'', un espacio de tiempo en el que Cuba ha vivido congelada, sin libertades democráticas ni derechos ciudadanos.
"Hace 50 años nadie pensó que llegaría a presenciar esta desintegración nacional, este deterioro tan terrible de la vida de los cubanos'', comenta Frayde con la serenidad que le proporcionan sus 88 años. "Las personas que vayan a tener responsabilidad ejecutiva en una Cuba futura deberán hacer una radiografía de lo que ha sucedido en estos años para saber por dónde conducir al país: será una tarea extremadamente difícil''.
Reacia a las entrevistas, Frayde habló con El Nuevo Herald en la sala de su apartamento en Madrid, repleto de libros y motivos cubanos. En las paredes de la sala cuelgan cuadros de Amelia Peláez y de Wifredo Lam, su gran amigo. El pasado año entregó 49 cuadros de su valiosa colección a la Universidad de Miami y aguarda por un trámite para completar el donativo de los que aún tiene en su poder.
Está ya recuperada de una reciente cirugía ortopédica, pero camina aún con dificultad, apoyándose en andadores. Mantiene la mente lúcida y no ha pedido la sonrisa ni su capacidad de ironizar.
"Yo nací de pie, y los que veníamos de pie teníamos suerte'', dice jocosamente. "Y realmente no puedo pedirle más a la vida''.
Militante del Partido Ortodoxo y protagonista de primera fila en la revolución de Fidel Castro, impulsora del proyecto del Hospital Nacional y la Escuela de Enfermería de La Habana, representante de Cuba en la UNESCO hasta 1965, Frayde discrepó del rumbo totalitario del régimen y renunció a su puesto en París. Desoyendo las recomendaciones de sus amigos cercanos, volvió a La Habana, se reincorporó al ejercicio de la medicina y comenzó a ventilar sus discrepancias públicamente.
Decidió que quería marcharse del país, pero Fidel Castro se negó a otorgarle el permiso de salida.
"Entonces comencé a reunirme con personas que estaban inconformes con la situación del país; nos veíamos en el parque de 17 y K [barrio habanero del Vedado] para que pareciera un encuentro de amigos en un lugar público'', recuerda. "Siempre con la idea de desafiar al régimen pacíficamente, porque la violencia caracterizó la vida republicana, el propio Movimiento 26 de Julio se inició con violencia y llegó al poder con violencia, y eso no ha sido nada positivo para la nación''.
Así se gestó el movimiento de derechos humanos, que el 28 de enero de 1976 fundó su primer grupo de activismo pacifista: el Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCDH), establecido por Frayde y el profesor Ricardo Bofill. A ellos se sumaron el ex diplomático y asaltante del Cuartel Moncada Gustavo Arcos Bergnes, y el profesor Elizardo Sánchez Santacruz.
"Nuestro aporte quedará para la historia'', afirma "Tuvimos la determinación de enfrentarnos con valentía al régimen en momentos en que eso costaba muy caro''.
Pocos tiempo después, el 10 de julio de 1976, Frayde fue a la cárcel bajo acusaciones de reunión con contrarrevolucionarios, vínculos con agentes de la CIA e intento de salida ilegal del país. La condenaron a 29 años y cumplió tres años y cuatro meses en la prisión Nuevo Amanecer antes de salir en libertad y marchar al exilio en España, en diciembre de 1979.
"Agradezco a la vida haber estado en la cárcel'', confiesa Frayde, que pasó nueve meses en una celda preventiva de cinco por seis metros, hacinada junto a una treintena de presas comunes. "Como médico no había tratado al pueblo cubano en los estratos más bajos, y puedo decir soy un ser humano más comprensivo después de pasar por esa experiencia, más propia de un manicomio de un centro penitenciario''.
En el exilio, Frayde ha sido una incansable promotora del CCDH, denunciando las violaciones del régimen cubano y reclamando la liberación de los presos políticos: "Cuando salí de la cárcel sabía que era imposible quedarme allí y tenía la esperanza de hacer algo por Cuba desde afuera, con una causa que pudiera unir a todos los cubanos, más allá de las controversias políticas e ideológicas''.
Una de sus contribuciones fundamentales ha sido la confección del boletín del CCDH, que desde 1989 se distribuye trimestralmente, con documentos, informaciones y denuncias de la situación de Cuba. Lo realiza desde su apartamento en Madrid, ‘‘sin computadora y sin internet, porque en cuanto a las nuevas tecnologías me quedé en el fax, soy de la era de la carreta''.
"Cuba vive un momento de parálisis política total'', señala la activista. ‘‘Los ciclones han acabado de remachar la situación económica y uno se pregunta con incredulidad hasta dónde puede llegar la capacidad de resistencia del pueblo cubano''.
Frayde se remonta a los días de la eclosión revolucionaria y la llegada de Fidel Castro al poder. Su grado de confianza con el líder cubano llegó al punto de que Castro le entregó una nota de puño y letra para el acceso de manera permanente a su presencia física, en enero de 1959, y le comisionó personalmente la construcción del Hospital Nacional "Enrique Cabrera''. El cheque de $5 millones entregado por la firma Gravi para la edificación fue incluso ordenado a nombre de Frayde.
"Los cubanos nos dejamos pisotear por enamorarnos de su personalidad: fue una especie de anestesia colectiva que nos invadió a todos'', rememora. "Yo quería hacer algo grande por mi país, modernizar las estructuras de los hospitales, extender la salud pública a los lugares más remotos, crear la carrera de auxiliares de enfermeras... Creo que logré cosas importantes, pero estaba muy inmersa en el trabajo y vine a darme cuenta de la deformación del proceso con posterioridad. Fidel Castro nos engañó a todos, empezando por mí. Los visionarios del primer momento fueron la minoría''.
--¿Cuál fue el momento que marcó su ruptura?
--‘‘Mis discrepancias empezaron con el Ministerio de Salud Pública, pero el conflicto espiritual que me llevó a romper con el régimen fue la Crisis de los Misiles en 1962, cuando vi la posibilidad de una destrucción del mundo a merced de las ambiciones políticas y totalitarias de Fidel''.
--¿Cuál es su visión personal sobre Castro desde los días del Partido Ortodoxo?
--‘‘Es un hombre a quien le gustó siempre rodearse de gente inferior a su capacidad intelectual y que siempre estuviera dispuesta a asumir lo que él proyectaba, sin análisis crítico. Desde los días de la lucha armada, su movimiento no dudó en liquidar a todo el que se le enfrentaba. Los libros que leía siempre fueron para sacar ejemplos aplicables a sus objetivos de lucha. Era un hombre bien ortodoxo en sus lecturas''.
Frayde se opone a un Nüremberg cubano para aplicar justicia por los desmanes cometidos durante el régimen comunista.
"A largo plazo lo que necesita un país es algo más que un proceso de Nüremberg. Hay que darle esperanzas al pueblo y habrá que actuar con mucha paciencia, tolerancia e inteligencia, poniendo por encima los deseos de hacer avanzar al país. Pero aunque anhelo volver a una Cuba democrática, no se si mis años me lo permitirán''.
--¿Y Fulgencio Batista? ¿Cuál será el juicio definitivo de la historia?
--‘‘Como figura histórica se va a favorecer de los errores de Fidel Castro por estos 50 años. Fidel Castro lo ha dejado chiquito como dictador''.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

ALFREDO PÉREZ RUBALCABA


Es profesor universitario de Química en situación administrativa de servicios especiales (dedicado desde hace muchísimos años a la actividad política institucional y partidaria) y exitoso ministro del Interior que en los últimos tiempos, después de que el Sr. Zapatero renunciara por fin a no pactar con ETA, está logrando desmantelar a la organización terrorista. Cada vez que aparece en televisión, con esa carita y ese cuerpito “de que parece no querer romper un plato”, capto como espectador un mensaje claro de que el máximo responsable gubernamental de la lucha contra el terrorismo está efectivamente realizando un trabajo serio y riguroso (eficacia y eficiencia de las fuerzas de seguridad españolas y excelente grado de colaboración con las francesas) en el desmantelamiento de la estructura organizativa de la banda. Y todo ello sin necesidad de tener que disparar ni un solo tiro.

Esa sensación de mayor tranquilidad y reconocimiento que me suscita Pérez Rubalcaba, se torna sensación de intranquilidad y desasosiego cuando veo la actuación del Presidente del gobierno y de otros ministros de su equipo. Fijémonos, por ejemplo, en el caso paradigmático de Pedro Solbes. Sus convicciones como ministro a la hora de implementar medidas eficaces contra la crisis económica, no se las cree casi nadie, pero sobre todo, no se las cree él mismo. Se le ve agotado, acogotado y falto de ideas o con muy poca fe en aquellas ideas que se están poniendo en práctica. La velocidad con la que se producen los acontecimientos en el terreno de la crisis económica parece que han desbordado su capacidad de respuesta. Es más, da la impresión de que a estas alturas hasta le resulta ya imposible imponer un mínimo de cordura y coordinación entre los distintos ministerios con competencias en el ámbito económico. Más que como un disciplinado militante que es capaz de sacar pecho y valor en los momentos de dificultad, se le ve como a un funcionario próximo a la jubilación que está pidiendo a gritos su pase al retiro para dedicarse a contar anécdotas de su paso por el Ministerio de Economía y Hacienda.

Como contraposición a esa imagen, Pérez Rubalcaba es un viejo corredor de fondo (aunque de joven creo que era, como no podía ser de otra manera, corredor de los cien metros lisos). Ha estado en todos los saraos políticos del PSOE desde el año 1975, y siempre salió victorioso de todos ellos. Es un auténtico político en el más amplio sentido de la palabra, pues nunca ha dejado de estar, de una u otra forma, en el poder. Su mayor éxito político fue, sin ningún género de dudas, los reflejos “rasputinianos” que demostró tener con ocasión del mayor atentado terrorista cometido en España por los islamistas radicales. Ante una situación de caos y pérdida de papeles por parte de los dirigentes del Gobierno del PP a la hora de “administrar” la política de comunicación con posterioridad al atentado, el Sr. Pérez Rubalcaba hizo honor a su magnífica condición de estratega político y logró convencer a muchos de que el Sr. Acebes y el Gobierno del Sr. Aznar habían engañado a los españoles respecto a la autoría del atentado.

Estoy convencido de que en el futuro esta actuación del Sr. Pérez Rubalcaba será objeto de estudio en las Facultades de Ciencia Política y también en las dedicadas a las denominadas Ciencias de la Información, como ejemplo seguramente a no seguir desde un punto de vista ético. Pero claro, ya se sabe que ética y política no suelen ir de la mano. Ahora toca, de todo corazón, felicitar al Sr. Pérez Rubalcaba y desearle los mayores éxitos en su siempre ascendente y dilatada carrera política.

martes, 9 de diciembre de 2008

ETA: UN CIERTO SENTIMIENTO DE HASTÍO Y UNA CERTEZA

¿Será legítimo contrariarse por las pequeñas sinrazones de la vida cotidiana ante tragedias como la que ahora mismo están viviendo millones de seres humanos de la República Democrática (¡que contrasentido más terrible¡) del Congo? No, no lo es, pero así somos los seres humanos. Obviamos el dolor ajeno, sobre todo si el mismo acontece a miles de kilómetros de distancia, para centrarnos en la contemplación de minúsculos problemas que a veces llegamos a calificar en nuestra paranoia de grandes y que incluso nos pueden llevar a la consulta de un siquiatra por ser la antesala de una profunda e indeseada depresión.

Ayer veía un programa de una de esas abominables televisiones locales que durante el día hacen periodismo del malo y por la noche proyectan pornografía de la más baja estofa, en el que su presentador comentaba con otros dos contertulios el último asesinato cometido por dos pistoleros de ETA. La conclusión era bien clara: estamos hartos de los terroristas de ETA y de sus atentados. Si lo que quieren es la independencia, ¿por qué no dárselas de una puñetera vez y así acabar con el problema del terrorismo?

Son más de treinta años de sufrimiento para las víctimas inocentes que han tenido que vivir el asesinato de sus seres queridos y, sobre todo, que han tenido que vivir con el desprecio mostrado por un sector de la población del País Vasco y Navarra que está de acuerdo con los asesinatos como medio necesario para conquistar la independencia. Para estos auténticos vascos, las víctimas del terror nunca serán tales, sino meros muertos o lisiados colaterales de un conflicto con un único culpable, el Estado español opresor. Las verdaderas víctimas no son otras que los jóvenes encarcelados por haber luchado contra el Estado español por la defensa de la libertad del pueblo vasco. Son víctimas, pero también y por arriba de todo, son héroes que serán objeto de idolatría permanente y que emularán de seguro muchos otros jóvenes dispuestos no tanto a dar su vida por una idea, como a arrebatárselas a otros que no compartan tales ideas.

Vivimos una coyuntura socioeconómica delicada que objetivamente propicia –o propiciará de seguro a medida que la crisis se extienda- actitudes derrotistas. Es verdad que lidiar con las dificultades puede llegar a ser en un momento determinado un incentivo importante para encontrar vías de mejora en todos los ámbitos (es aquí donde se reclama el papel de los auténticos líderes políticos y de toda índole), pero también, tales dificultades pueden transformarse en un excelente caldo de cultivo en el que prosperen los virus de la desesperanza, el hastío y el sentimiento de derrota. Es un ambiente propicio para que prenda la mecha del radicalismo y de la irracionalidad. Sin embargo, ya bastante irracionalidad hemos tenido con los pistoleros de ETA durante tantos años para saber lo que eso significa. No cabe más alternativa que la de seguir confiando plenamente en la ley y el Derecho como instrumentos imprescindibles para acorralar y acabar con los pistoleros de ETA. No sólo estamos asistidos por la razón y la legitimidad democrática, sino sobre todo, por la irrenunciable certeza de nuestro derecho-deber a la hora de impedir que los vasco-españoles puedan ser objeto de exterminio sobre la base de una ideología nacionalista excluyente, racista y asesina.

lunes, 8 de diciembre de 2008

PROCESO DE BOLONIA: UN CUESTIONAMIENTO IMPREVISIBLE

¿Existen elementos comunes entre las protestas de los universitarios españoles de la década de los setenta del siglo pasado y las que ahora mismo protagonizan los estudiantes contra el denominado Espacio Europeo de Educación Superior o proceso de Bolonia? La respuesta es que sí existen elementos comunes. En ambos casos el motivo de la protesta es el poder político y las manifestaciones que del mismo derivan. Es verdad que en la década de los setenta el poder en España no era democrático, y ello derivaba en que el llamado movimiento estudiantil se planteara como objetivo prioritario la conquista de las libertades democráticas, pero junto a ello, es igualmente cierto que los estudiantes siempre han respondido a ciertas inquietudes comunes que se dan con independencia de cual sea el signo del régimen político de que se trate. Entre esas inquietudes está la de desconfiar de todo aquello que provenga del poder político, aunque el mismo sea democrático.

En el caso de la reforma del sistema universitario de los países miembros de la Unión Europea, se da además la circunstancia de que el mismo ha sido planificado, debatido y aprobado en sus líneas fundamentales de manera democrática, pero dejando al margen cualquier tipo de participación o consulta con los sectores que están directamente implicados en el proceso de reforma: profesores y estudiantes. Y no se trata de que defendamos aquí la tesis de que cualquier reforma exige la anuencia previa de los destinatarios, pero sí de que todo proceso de reforma exige tiempo y, sobre todo, información y transparencia en sus planteamientos de partida. A estas alturas, estoy convencido de que una amplia mayoría de estudiantes –pero también profesores- desconocen las líneas fundamentales que definen el denominado EEES. De alguna forma, el proceso de reforma responde más a una concepción tecnocrática del ejercicio del poder que a una auténtica concepción democrática, máxime teniendo además en cuenta que el proceso es visto por muchos estudiantes y profesores como algo que procede de “Europa”, esto es, de unos alejados burócratas que se supone actúan al dictado del poder real de las grandes empresas y no de los intereses públicos, de aquí la reiterada (y en mi opinión infundada, aunque no por ello menos efectiva) acusación de que la reforma lo que pretende es acabar con la Universidad pública.

En el ámbito de la política interna española, la “revuelta estudiantil” contra Bolonia ha de tener muy preocupados a nuestros estrategas políticos de “izquierdas”. Ni que decir tiene que de haber estado gobernando el Partido Popular, a estas alturas las manifestaciones de estudiantes y profesores por las calles de las principales ciudades españolas hubieran sido multitudinarias. La “racionalidad” de la reforma se hubiera ocultado en pro de la irracionalidad manifiesta de que la “derecha” estuviera ocupando el Gobierno de la Nación (o el Gobierno de España, como dicen sin recato para así no ofender a las demás naciones que al parecer conforman España). De momento los que protestan son relativamente pocos, pero pueden transformarse en mayoría en cualquier momento, y eso no sería nada bueno para un Gobierno que se está viendo superado por los acontecimientos (crisis económica, paro imparable, ausencia de ideas…). En algunos lugares (caso paradigmático es la Comunidad de Madrid), tratan de orientar “a las masas” contra el Gobierno de Esperanza Aguirre por pretender supuestamente recortar fondos a las sacrosantas Universidades públicas (en esta tarea es encomiable el papel de El País y de la cadena 4 de TV).

La verdad es que nos esperan días cargados de simbolismo. Es previsible que la protesta estudiantil se extienda y que lo haga sobre la base de consignas demagógicas y muchas de ellas falsas, pero en buena parte alimentadas por una izquierda ideológica que ahora es la encargada de poner en marcha el proceso desde sus responsabilidades de gobierno. Aunque no sería de extrañar que finalmente Rodríguez Zapatero termine encabezando la revuelta y responsabilizando del supuesto desaguisado a Aznar.

viernes, 5 de diciembre de 2008

MÉNDEZ & FIDALGO


No me negarán que expresado así, al estilo anglosajón, no parece que estemos hablando de un conocido despacho de abogados, o tal vez, de una agencia de detectives o de agentes de seguros. Pero no, nada que ver con eso. Nos estamos refiriendo a los secretarios generales de las dos fuerzas sindicales más importantes de España: Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT).

A estos dos liberados sindicales les ocurre, aunque a lo bestia, lo mismo que les sucede a todos aquellos otros que en el seno de la Administración viven liberados de todo tipo de trabajo y dicen dedicarse a la defensa inquebrantable de los derechos de los trabajadores (o empleados públicos) que no tienen, ni siquiera en potencia, la desgracia de encontrarse en el paro. El punto común entre unos y otros, aparte del hecho de la afiliación, es que una vez alcanzan la “liberación”, no quieren volver al tajo ni de coña. Sin duda, algo totalmente comprensible, pues ya sea en el ámbito de los medios de comunicación nacionales o en el ámbito local, los liberados se han transformado en auténticos líderes mediáticos a los que resulta inconcebible poder pasar de repente al absoluto anonimato que provoca el curro diario. Es algo similar a lo que les sucede a muchos miembros de la llamada clase política, que viven la política como auténtica profesión y no conciben la eventualidad de que un día puedan verse no ya en la oposición, sino sin disfrutar del dinero público que hace posible la existencia de tanto jeta y tanto bergante dedicado a la política.

En cuestión de meses y como consecuencia de la crisis económica, el número de parados en nuestro país ha aumentado a niveles que creíamos no volverían a repetirse nunca jamás. Además, las previsiones son de que ese número es posible llegue, en el año 2009, a cuatro millones de desempleados. Se trata de una situación realmente preocupante, sobre todo, para las personas que se encuentran en dicha situación o pueden encontrarse en un inmediato futuro, aunque debería serlo también para aquellos otros que en principio no vivimos con el miedo permanente de poder quedarnos parados. Sin embargo ¿han visto ustedes a Méndez & Fidalgo carita de preocupados y planteándose públicamente las causas que explican este aumento del paro en nuestro país?

Porque vamos a ver, señores Méndez & Fidalgo, está muy bien eso de que la crisis financiera internacional nos está afectando, que somos igualmente víctimas de la crisis inmobiliaria, que falta liquidez en el mercado, que atravesamos un período de incertidumbre, que no se ha restablecido la necesaria confianza, que es preciso mayor regulación de la actividad financiera privada… ¿pero y qué me dicen de las reglas que rigen el mercado laboral? ¿No tendrán los sindicatos algún tipo de responsabilidad en los altísimos niveles de paro que se dan en nuestro país? ¿Es que aquí todo es culpa de los empresarios y de la crisis internacional?

Hace muchísimos años que pedí la baja en el sindicato al que pertenecía en el seno de la Universidad. En este período de crisis que estamos viviendo –unos más que otros- me gustaría poder ver a mis representantes políticos (sobre todo al Gobierno) dando una explicación de por qué se está generando tanto paro en España, y ver también a los representantes sindicales exigiendo esa explicación o, al menos, intentando ellos mismos darla. Sé casi con total certeza que ello no va a ocurrir, y confío en que finalmente el Gobierno de Obama sea capaz de enderezar el rumbo y con el reflujo que a nuestras costas pueda llegar, volver de nuevo a “vivir” bajo otra burbuja inmobiliaria, de las empresas puntocom o de lo que sea, pues visto el “caminar de la perrita”, aquí nadie va a tener las agallas suficientes de reconocer la necesidad de acometer reformas profundas que traten de lograr que nuestro sistema económico nacional –o lo que queda de él- sea más equilibrado en todos los sentidos. Si el Sr. Zapatero y los Sres. Méndez & Fidalgo creen que sólo repartiendo dinero vamos a lograr salir de la crisis, van aviados, y el resto de los españoles no digamos…

jueves, 4 de diciembre de 2008

QUE POCOS SON, QUE MAL LO HACEN Y ENCIMA DICEN QUE NOS REPRESENTAN


La vida política está llena de traiciones y deslealtades, o de traidores y desleales, pero también de aprovechados y listillos. Entre unos y otros, conforman un mundo cada día más alejado de la realidad de los auténticos problemas que afectan a los ciudadanos. Viven aplicando sus propias reglas, aquellas que rigen la vida interna de los partidos y que desgraciadamente están marcadas por el autoritarismo –a veces por el totalitarismo- y la mayoría de las veces por la más pura estupidez. El que tiene un mínimo de inteligencia o un mínimo sentido común sabe que esas reglas son inmodificables, y si pretendiera cambiarlas ello supondría su defenestración casi que automática. Es preciso que las tenga muy presentes, que las cumpla y que torticeramente escale y se gane la confianza de los llamados militantes a fin de que alguna vez pueda llegar a formar parte de una lista electoral y acceder así al poder (o lo que igual, a ocupar algún puesto que esté debidamente remunerado con cargo al dinero de todos).

De aquella célebre frase atribuida a Alfonso Guerra de “el que se mueva no sale en la foto”, hemos pasado a una realidad marcada por un mayor grado de “corrección política”, es decir, de acendrado cinismo. Las puñaladas traperas siguen existiendo, pero suelen venir revestidas de movimientos previos poco bruscos que paulatinamente van socavando la moral o la paciencia del adversario hasta que finalmente recibe el golpe definitivo, lo que se traducirá en la presentación de su dimisión (algo cada vez más raro) o en su cese fulminante por razones reales siempre inconfesables, o también, por su “caída” de la lista electoral, con lo cual se frustrarán todas sus legítimas expectativas de representar a los ciudadanos (¿?).

El que manda de forma coyuntural en el seno del partido precisa de un círculo de confianza del que en realidad jamás se confía, pues basta que esto suceda para que de su primer paso en el proceso de pérdida del poder. Son los más próximos al que manda los que suelen conocer sus debilidades y los que terminan por acabar con su trayectoria en el seno del partido.

La mayoría de ciudadanos no estamos afiliados a los partidos políticos y, sin embargo, hemos de convivir con ellos como instrumentos necesarios para encauzar la actividad política en el seno de nuestro sistema democrático. Es posible que esta circunstancia sea irrenunciable como garantía de un nivel mínimo de participación política, pero también es cierto que tal y como están actuando y funcionando los partidos políticos, lo mejor que podría ocurrir es que estos fueran declarados ilegales por el Tribunal Constitucional por ser contrarios a las más elementales exigencias de los principios democráticos.

Sabemos que aprovechados y miserables hay en todos sitios, pero oiga, los peores son los que se refugian en los partidos porque un día puede que sean los que nos representen, aunque en verdad los detestemos.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

!VIVA LA BANDERA¡ (¿O UNA MUJER DE BANDERA?)



Vamos que si me levanto… me pongo en pie como un rehilete, soy capaz de entonar la letra del himno aunque la desconozca, e incluso, llegado el caso, de enfilarme hacia el destino que me marque una mínima insinuación de la portadora de tan bella bandera. Por eso aún hoy no he podido llegar a entender cómo nuestro amado Presidente del Gobierno optó en su momento por permanecer sentado al paso de la bandera, sobre todo, teniendo en cuenta el poder ilimitado que genera siempre la libertad de pensamiento, pues nada le costaba imaginarse que el paso de la bandera americana bien podía estar portada por Ella y no por un vulgar marine de la XII División Aerotransportada de Arkansas.

Ella es Tina Fey, la actriz que tan perfectamente imitó a Srah Palin, candidata a la vicepresidencia de los EE.UU en las últimas elecciones. Lo mejor de todo es que finalmente Tina votó por el partido demócrata. Espero que no se haya equivocado, pero si así fuera, daría exactamente igual. Para mí siempre sería un símbolo admirable por el que sería capaz de dar hasta la última gota de sangre…

martes, 2 de diciembre de 2008

¿SEGURIDAD NACIONAL, MARY LOLY? ¿DE VERDAD LO DICES EN SERIO?


Me caía muy bien la secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, y hablo en pasado porque acabo de leer las últimas declaraciones que ha realizado la susodicha con relación a los vuelos sobre territorio nacional con parada y fonda en determinados aeropuertos discretos de nuestro país, efectuados por la aviación norteamericana para conducir a presuntos terroristas a la cárcel ilegal que Estados Unidos tiene en Guantánamo (Cuba). En estas declaraciones, la secretaria del PP, abogada del Estado en excedencia, es decir, una jurista que se supone bien preparada en términos profesionales, ha asegurado que “un gobierno con responsabilidad y un gobierno que sea fiable no se dedica a haber filtraciones acerca de asuntos que afectan a la seguridad nacional”.

Se refería María Dolores a la publicación por el diario El País de algunos escritos oficiales en los que se demuestra que durante el gobierno del Presidente Aznar se autorizó al ejército norteamericano a realizar tales vuelos así como a hacer escala en determinados aeropuertos españoles, teniendo conocimiento algunos miembros del Gobierno de que en los aviones se trasladaba a personas “secuestradas” en distintas partes del mundo bajo la sospecha de ser presuntos terroristas.

En nuestro país ya tuvimos la horrible experiencia de tratar de acabar con el terrorismo de ETA mediante métodos impropios de un Estado de Derecho. Entonces, el PP actuó correctamente y defendió con convicción que aquello no sólo fue un error, sino lo que era más grave, un atentado injustificado a la ley que debía ser perseguido por la justicia. Tratar de amparar este tipo de irregularidades en razones de “seguridad nacional” o en la “razón de Estado”, no podía justificarse en caso alguno.

Si efectivamente lo que se está denunciando resultare ser verdad, sería algo muy lamentable, puesto que el entonces presidente del Gobierno podría haber aconsejado al presidente Bush que se estaba equivocando en su forma de lucha contra el terrorismo, y en todo caso, si este no le hubiere hecho caso, debía de prohibir terminantemente cualquier tipo de colaboración de su Gobierno en la comisión de cualquier posible ilegalidad relacionada con esta cuestión.

A mi no me preocupa ni un pimiento que el tema pueda afectar o no a la sacrosanta seguridad nacional (que además en ningún caso le afecta, pues en realidad se trata de un caso claro de inseguridad nacional para las presuntas víctimas). Lo que de verdad me preocupa es que un Gobierno legítimo (el de Aznar entonces o ahora el de Zapatero) se pueda mezclar en una posible actuación contraria a la ley sobre la base de una amistad mal entendida o un ocultamiento de la cabeza bajo el ala para dejar de ver u oír la comisión de un delito.

Espero que la justicia finalmente pueda aclarar la cuestión. Deberías cambiar de actitud, Mary Loly.

lunes, 1 de diciembre de 2008

EXIJAMOS AL CANALLA DE ZP QUE RESTABLEZCA EL IP

Bueno, lo de calificar como canalla al Presidente del Gobierno de la Nación no es más que un recurso estilístico para hacer más atractivo el título del presente “descargue emocional”. Dicho esto, está claro que el Sr. Rodríguez Zapatero se comportó como un auténtico canalla irresponsable cuando tuvo la desfachatez de anunciar con esa falsa carita de derechas que suele poner cuando se encuentra en ambientes de tal naturaleza (reunión con ejecutivos estilo César Alierta de Telefónica), la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio (Ver, por favor, el video, pues es realmente acojonante). Cuando pone la otra carita, esto es, la falsa carita de izquierdas, lo que hace es pasar a la pequeña historia del “Celtiberia show” carandeliano afirmando sin ton ni son que “bajar los impuestos en España es de izquierdas”.

Está por hacer la crónica de las medidas tributarias que ha adoptado nuestro Presidente del Gobierno, y lo está, entre otras razones, porque difícilmente la misma puede ser acometida por la llamada oposición (el Partido Popular), puesto que sus dirigentes, proclamándose falsamente como de centro (con honrosas excepciones como la de Esperanza Aguirre y Aznar), no les queda más remedio que callarse ante unas medidas que ellos suscriben sin rechistar (aunque en el fondo estén cabreados de que esa manifestación populista de la política tributaria les haya sido arrebatada por Zapatero). Además, con relación a las últimas medidas, (entrega como subvención directa a cualquier español, rico o pobre, de 2.500 euros por el nacimiento de un nuevo vástago; regalo de 400 euros para contribuir a… que el PSOE ganara las últimas elecciones generales; supresión del Impuesto sobre el Patrimonio…), ¿quiénes son los que van a protestar?, pues nadie, pues como bien dice el Presidente, si quitar o bajar impuestos es de izquierdas, qué decir desde la derecha, pues lo mismito pero calificándolo como de derechas, y como el centro no existe, pues eso, sólo gilipollas como el que suscribe (filoliberal) y algún que otro despistado y colgado de Izquierda Unida (antiliberal), serán los únicos que vengan a joder el espíritu nacional de consenso tributario. Como es obvio y manifiesto, nula trascendencia social en ambos casos.

Bien es verdad, y lo confieso abiertamente aquí, que yo no soy contribuyente por IP. Admitiendo que esta circunstancia puede constituir para algunos una razón poderosa que alimente mi rencor de clase y que explique en definitiva mi crítica a esa medida dirigida a suprimir el IP, declaro con total franqueza que ello no es así. Mis motivaciones son producto de una deformación profesional. Llevo casi treinta años explicando los principios de justicia en materia tributaria, y no llego a comprender cómo es posible que se suprima un impuesto como el que grava el patrimonio de las personas físicas más ricas y poderosas de la sociedad en la que vivo (estilo César Alierta). Máxime, además, después de estar viendo a diario la interminable cantidad de patanes que en los últimos quince años se han hecho multimillonarios con el negocio inmobiliario y la simpática contribución de millones de españolitos y no españolitos que sólo hemos aportado trabajo y pagado el IRPF, y sólo hemos recibido a cambio bastantes satisfacciones consumistas que hoy se evanescen y, sobre todo, pesadas cargas hipotecarias casi que para toda la vida de algunos.
Estoy convencido de que mi familia y yo no hemos contribuido en absoluto a generar la presente crisis económica. Los que han contribuido a ello en nuestro país se han hecho multimillonarios, lo seguirán siendo –aunque un poco menos- en la crisis y no se les pasa ni por asomo en su especulativa cabecita que deberían contribuir un poco más a resolver el actual entuerto en el que nos encontramos. Desde aquí exijo al Sr. Zapatero, Sr. Solbes y Sr. Pepiño Blanco que retiren de las Cortes el Proyecto de Ley de supresión del IP. Es lo menos que pueden hacer para favorecer la salida a la crisis en la que nos hallamos. Que el Sr. César Alierta pague el IP es simplemente un acto de justicia. He descargado, joder.

PD Espero que ningún lacayo me corte el teléfono y me deje sin blog, je, je.



viernes, 28 de noviembre de 2008

¿QUIÉN ES MÁS CULPABLE DEL DETERIORO DE LA IMAGEN DE LOS POLÍTICOS?


Gozo –es un decir- de cierta experiencia en la ocupación transitoria y coyuntural de algún cargo público. En un caso (Director General de Universidades del Gobierno de Canarias) fue por designación del entonces Presidente del Gobierno Jerónimo Saavedra en mi condición de independiente y, en el otro, por elección de los ciudadanos de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife como concejal independiente en la candidatura de Miguel Zerolo en las elecciones del año 2003. El primer cargo lo ocupé durante un año, presentando al cabo de ese tiempo mi dimisión ante la moción de “autocensura” que contra su propio Gobierno -un acto políticamente presentable y éticamente deleznable- presentaron las Agrupaciones Independientes de Canarias (que luego se denominaron Coalición Canaria), pasando entonces a presidir el Gobierno Manuel Hermoso que hasta ese momento había ocupado la Vicepresidencia. De concejal de Economía y Hacienda estuve desde el año 2003 al año 2006, presentando mi dimisión en junio de ese último año por razones personales.

Si a estas alturas de mi vida alguien me propusiera volver a ocupar un puesto de responsabilidad política, le diría con total certeza que no, pues creo que el coste personal y familiar que ello ha supuesto para mí no está compensado absolutamente por nada. Quede claro que esta conclusión es total y absolutamente personal, como no puede ser de otra manera, pues la decisión de aceptar o no un cargo político conlleva siempre hacer una comparación entre el dónde y cómo estamos y el dónde y cómo vamos a estar en caso de aceptar el compromiso. También es verdad que mi actual conclusión es fruto de la experiencia, y que la misma nunca puede ser aplicada a aquellas otras personas que deciden en un momento determinado con ilusión y ganas dar el paso de asumir un compromiso político.

Sin embargo, sí he de decir –sobre todo con relación a mi experiencia como concejal- que muchas de las personas que conozco no me felicitaron con ocasión de mi elección y sin embargo sí lo hicieron –algunas incluso de manera efusiva- cuando hice pública mi dimisión. Me decían, “Guillermo, lo mejor que hiciste fue dimitir”. Si me atrevía a preguntar por qué, la respuesta era casi siempre la misma: “Pues porque el Ayuntamiento es un nido de corruptos”. Y no es que se refirieran en particular al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, sino a cualquier Ayuntamiento de España. Así de claro y así de injusto, pero también, así de significativo de una imagen que se va afianzando y prevaleciendo en el seno de la sociedad sobre la base de una realidad innegable: la existencia de casos de corrupción que a duras penas empiezan a ser atajados por la actuación judicial.

Es verdad que la masa –que siempre será enemiga de la democracia- que hoy es capaz de condenar por corrupto a un político, mañana es capaz de elevarlo a los altares. No puede uno fiarse de ella, y menos aún, de las pautas que guían muchas de sus actuaciones (por cierto, siempre he admirado a los ideólogos que encauzan a la masa hacia el consumo y no hacia otros destinos más terribles y peligrosos, ya sea para la propia masa o para los que no nos sentimos parte de la ella). Pero también es verdad que las pautas de actuación de la masa se fabrican antes en sectores específicos de la sociedad, ya sea para bien o para mal. Y en el caso de la actuación de los políticos, estoy convencido de que son éstos los principales responsables de que la sociedad en general tenga una imagen negativa de los mismos. Pero entiéndase bien, la responsabilidad no es de los políticos corruptos, sino de los políticos honrados, que conociendo muchas veces de la existencia de casos de corrupción prefieren esconder la cabeza bajo el ala y no denunciarlo o no acabar directamente con tales manifestaciones, esperando que sean otros los que lo hagan. Sin ningún género de dudas, estos últimos son más culpables.

jueves, 27 de noviembre de 2008

ESTO ES LA REPERA, TÍO


Asombradito, sí, alucinando con los peces de colores y con los ojos como chernes ante tanto tetamen descaradamente mostrado. No es la manifestación sensual del erotismo femenino, sino otra cosa. Lo había visto, se había encontrado con el fenómeno en la calle, en el bar, en el centro comercial y también, de manera profusa, en el cine y la televisión, pero nunca lo había podido percibir tan directamente con sus ojitos y de manera tan generalizada como cuando entró en el bar de la Facultad acompañándome para tomarnos un cortado.

Me miraba –bueno, es un decir, pues sus ojos, mientras me hablaba, miraban a otros lugares- y no se cansaba de repetir cómo podía permitirse que las mujeres pudieran mostrar de la forma en que lo hacían sus escotes y aquellos interminables canalillos. En su época de estudiante el fenómeno hubiese sido inconcebible y, de serlo, difícilmente realizable. Pero claro, ya se sabe, los tiempos cambian y las costumbres también, aunque muchas veces no reparemos en que tales cambios no son en realidad tan sustanciales como en principio pudieran parecer.

- Bueno, pero tú aquí debes de estar todo el día ligando ¿no?

- ¿Ligando? Pues la verdad es que no. Aparte de que sería un tonto pretensioso si semejante idea se me pasara por la cabeza, lo cierto es que a estas alturas de la película ya veo a la mayoría de mis pibas alumnas como si fueran mis hijas. Ya sabes, mientras uno va envejeciendo las alumnas permanecen siempre en la misma edad. Les llego a coger afecto después de haber estado juntos a lo largo del curso y me gusta poder establecer lazos de cierta complicidad con las mismas, lazos que he de reconocer son distintos de aquellos otros que puedo entablar con los pibes alumnos.

- ¡Venga ya, tío¡ ¿Pero me vas a decir que aquí te comportas como un auténtico cura en el que ha desaparecido como por arte de magia el deseo sexual?

- Pues no te lo creerás, pero así es, o mejor, no es así exactamente, pues a diferencia de lo que creo sucede con los curas que indudablemente seguirán teniendo deseos sexuales durante su transitoria y se supone que martirizada estancia entre el común de los mortales, a la gente que como yo se dedica a esta profesión de la enseñanza y que no somos curas, no mentimos como ellos a la hora de negar que nuestros deseos sexuales han desparecido, sino que simplemente transformamos tales deseos –al menos a medida que nos vamos haciendo más viejitos- en sentimientos que juegan en una dimensión distinta. Es la dimensión del afecto y la simpatía, e incluso, de la empatía, pero no ya el del deseo sexual, que aún no desapareciendo, pasa a ocupar un posición claramente residual y totalmente alejada de la cotidianidad, aunque siempre se nos puedan extraviar los ojitos…

- Joder, joder. Me parece que también tú mientes como un cura. La verdad es que me cuesta creerte… Pero en fin, si tu lo dices te creo.

- Haces bien en creerme, pues si así no fuera seguro que ibas a estar intranquilo con la actual estancia de tu hija en la Facultad ¿no es así?

- Si tú lo dices… pero en realidad lo estoy, pues aún fiándome de gente como tú, de quien no llego a fiarme plenamente es de mi propia hija y de ese estilo provocativo de vestimenta que se empeña en llevar.

- Chico, perdona que te lo diga así de claro y terminante. Tú lo que tienes es un problema grave de cabeza. Deberías empezar por confiar plenamente en tu hija, pues del hecho de que vaya enseñando el canalillo de la forma en que lo hace, lo único que se desprende es que tiene un buen canalillo que mostrar y que sigue las normas que dicta la moda. El que está jodido eres tú y no tu hija, así que por favor mándate una papa y cambia el chip, joder, que estás más desfasado que el cacharro de la comida “pal cochino”.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

EXPRESIDENTE AZNAR: ¿UNA CUESTIÓN DE PRINCIPIOS?


Para un determinado sector de la ciudadanía que está al tanto de la política y, sobre todo, de la trayectoria y las declaraciones de los políticos en activo y de aquellos otros cuya actividad aún no siendo ya de esta naturaleza siguen sin embargo teniendo mucho que ver con la política, la última intervención del expresidente Aznar en el congreso de las juventudes del PP en la Comunidad de Madrid ha sido muy significativa. Aparte de asumir a pecho descubierto y sin complejos algunas pautas de actuación que en su opinión deberían caracterizar a la derecha española a fin de así diferenciarla de otras opciones ideológicas que se autodenominan progresistas y que realmente, en su opinión, no lo son, Aznar se permitió también cuestionar que el actual Presidente del Gobierno de la Nación actúe en todos los casos de acuerdo a algún tipo de principios (¿?). Posiblemente, esta última referencia a los principios venía por la vía de la operación empresarial en ciernes relativa a la posible venta de las acciones que Sacyr-Vallehermoso tiene en Repsol a una empresa multinacional rusa.

De alguna forma, en este caso, el mensaje que se difunde en cuanto a la cuestión de principios tiene que ver con lo siguiente: como no podía ser de otra forma, el presidente de Sacyr-Vallehermoso, un señor que junto a otros se hizo multimillonario en los últimos años gracias al desarrollo desenfrenado del negocio de la construcción, es un “amiguete” del Presidente del Gobierno (lo cual no sólo es lógico, sino imprescindible para su supervivencia como gran empresario y para la supervivencia del Presiente como gran, mediano o pequeño Presidente. Esa misma “amistad” la mantuvo también este señor con Aznar en su etapa de Presidente del Gobierno, y la hubiere continuado con Rajoy en caso de que el mismo fuera el Presidente). Es obvio que esta gran empresa constructora pasa en estos momentos por un mal momento. Tiene importantes deudas contraídas con la Caixa y el Banco de Santander, y como salida a esta situación se plantea vender al mejor postor su participación en Repsol. Conclusión: el Presidente del Gobierno debería interceder para impedir que se vendieran las acciones a una empresa rusa, pues es sabido que las empresas rusas están integradas por mafiosos de renombre internacional, tienen conexión directa con el poder político manejado por Putin y, sobre todo, porque permitir esta venta a favor de una empresa rusa supondría poner en manos rusas -no hay que olvidar que muchos rusos fueron comunistas- la gestión de nuestros recursos energéticos fundamentales. Todos los citados son argumentos “patrióticos” que suponen en todo caso dejar K.O. –al menos de momento y salvo que surja otra opción mejor- a la empresa Sacyr-Vallehermoso y, de paso, “fastidiar” al Presidente del Gobierno, que vería así frustrado su deseo de “favorecer a un amiguete”.

Después de escuchar esta historia, al ciudadano preocupado por la política no sé cómo se le queda el cuerpillo, pero lo cierto es que la misma le conecta directamente con la época en que muchos en España creían que los rusos tenían rabo, que como buenos comunistas arrebataban por la fuerza a los niños de sus padres para meterlos en guarderías comunales y hasta que se los comían crudos si fuere menester. El camarada Aznar y su sucesor Rajoy, que de defensores de la globalización y el libre mercado pasan de la noche a la mañana a la defensa de un capitalismo “nacional” obviando el dato de que el desarrollo del capitalismo en sus primeras fases coexiste con el poder de las mafias (en España, en USA y también en Rusia), pasando por la “neutral” opinión del también expresidente González y sin conocer a estas alturas la auténtica opinión del Presidente Zapatero, la sensación que tengo como ciudadano al que le sigue interesando todavía la política, es que todo esto no pasa de ser un gran juego en el que los ciudadanos no contamos absolutamente para nada. Aznar y González, como buenos expresidentes, dedicados a la mediación en los negocios nacionales e internacionales, pero defendiendo los principios hasta el final, y el actual Presidente del Gobierno creo honestamente que “más perdido que el barco del arroz”, pues al mínimo descuido lo superan continuamente los acontecimientos de la política local y no digamos ya global. Qué gobierno y qué oposición… pues eso, lo que nos merecemos.



martes, 25 de noviembre de 2008

MARÍA DEL ROSARIO CAYETANA ALFONSA VICTORIA EUGENIA FRANCISCA FITZ-JAMES STUART Y DE SILVA



En un momento de su vida no quiso ser pintada por Picasso o quiso pero cedió a los deseos de su cónyuge o al que dirán de aquella época oscura y tenebrosa del nacionalcatolicismo español, que si lo permitiéramos hoy, condenaría sin el menor resquicio de duda a la Duquesa de Alba, si no a la hoguera por ser de clase noble, sí al menos a la excomunión, y no ya sólo por ser mujer y mujer independiente, sino sobre todo, por ser un espíritu libre.
No es que tenga una predilección especial por los miembros de la nobleza o los/las Grandes de España o los poseedores de títulos nobiliarios, pero sí que la tengo por las personas que brillan por su inteligencia y su humanidad, y la Duquesa de Alba es una de ellas. Le deseo lo mejor.


lunes, 24 de noviembre de 2008

LOS INICIOS


Empezar una actividad después de haber finalizado los estudios superiores es siempre una aventura y, en los tiempos que corren, un auténtico “regalo de la Providencia”, pues no está precisamente el patio en las mejores condiciones para encontrar un trabajo adecuado o incluso relacionado con la materia en la que nos hemos formado en la universidad.

En la Universidad de La Laguna, la licenciatura en Derecho se continúa impartiendo de acuerdo con un plan de estudios que fue establecido en el año 1953, es decir, hace la friolera de más de medio siglo. Ha habido algunos intentos de modificar esa antigualla de plan de estudios, pero es posible que la fuerza de la inercia y la propia comodidad del profesorado han hecho posible que sigamos formando juristas de acuerdo con una concepción de lo que deben ser los estudios jurídicos –y también los juristas- un tanto desfasada para las nuevas exigencias que plantea la sociedad del siglo XXI. Seguramente, mentar el término innovación en el campo de la enseñanza del Derecho es tanto como mentar al diablo en el seno de la iglesia. La respuesta, por lo general, suele ser la que el lisiado da en el chiste en el que implora a la Virgen que haga el milagro de ponerle el brazo “como el otro” y la Virgen efectivamente accede, pero dejándolo lisiado de ambos brazos, con lo que el sujeto reclamará a grito pelado aquello de “virgencita, virgencita, déjame por favor como estaba…”. Es de tal calibre el temor existente a que cualquier innovación en el seno de los estudios jurídicos conduzca a un resultado peor de lo que actualmente tenemos (a ello seguro que no es extraño la traumática experiencia de la reforma en el bachillerato) que ni siquiera esa cosa extraña que se denomina exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) o “proceso de Bolonia”, va a hacer posible que en muchas Facultades de Derecho se decida finalmente elaborar una propuesta de modificación del plan de estudios de 1953. Esto, al menos, es lo que creo que está ocurriendo en la Universidad de La Laguna. Aunque puede también ocurrir que yo esté equivocado y que lo que en realidad sucede es que nuestras autoridades académicas de la Facultad de Derecho no están cumpliendo con sus obligaciones como tales y hayan decidido sin contar con los demás dejar pasar los plazos legales con el fin de que en el año 2010 el Ministerio nos aplique un plan de estudios elaborado, como dirían los nuevos nacionalistas, desde Madrid. Sin duda, esta sería una buena fórmula para no tener que enfrentarse a ningún tipo de interés local de los colegas profesores (¿Qué va a ser de la Historia del Derecho? ¿Y del Derecho Romano? ¿Y del sacrosanto Derecho Natural? ¿Y de la mal llamada Economía Política?...), pero a la vez sería también una muestra palpable de la desidia que nos invade…

En fin, como quiera que sea, lo cierto es que los jóvenes que terminan sus estudios en nuestra Facultad lo tienen bastante crudo, mucho más que aquellos otros que terminamos hace ya muchos años. Como profesor, cuando alguno de ellos me pregunta en torno a su futuro, suelo contestarles que salvo pretender quedarse en la Universidad, lo mejor es hacerse funcionario de una Corporación Local, de la Comunidad Autónoma o del Estado, o bien, dedicarse a “pecho descubierto” al ejercicio libre de la profesión, ya sea como abogado o como procurador. Para aquellos otros que tienen una buena capacidad memorística, paciencia y unos padres dispuestos a mantenerles por unos años más, queda también el acceso a la judicatura, la abogacía del Estado, notaría, registradores, inspectores de Hacienda, etc. Lo importante, en todo caso, es decidirse de manera firme y con ilusión por lo que sea e iniciarlo. Será el esfuerzo y el trabajo personal el que marcará el futuro. Y ya sabemos que todo en sus inicios es difícil y complicado, pero creo que siempre merecerá la pena intentarlo, y mejor con mentalidad emprendedora que no lo contrario, aunque no sea esta precisamente una virtud que transmitamos por lo general los profesores de Derecho.