lunes, 24 de noviembre de 2008

LOS INICIOS


Empezar una actividad después de haber finalizado los estudios superiores es siempre una aventura y, en los tiempos que corren, un auténtico “regalo de la Providencia”, pues no está precisamente el patio en las mejores condiciones para encontrar un trabajo adecuado o incluso relacionado con la materia en la que nos hemos formado en la universidad.

En la Universidad de La Laguna, la licenciatura en Derecho se continúa impartiendo de acuerdo con un plan de estudios que fue establecido en el año 1953, es decir, hace la friolera de más de medio siglo. Ha habido algunos intentos de modificar esa antigualla de plan de estudios, pero es posible que la fuerza de la inercia y la propia comodidad del profesorado han hecho posible que sigamos formando juristas de acuerdo con una concepción de lo que deben ser los estudios jurídicos –y también los juristas- un tanto desfasada para las nuevas exigencias que plantea la sociedad del siglo XXI. Seguramente, mentar el término innovación en el campo de la enseñanza del Derecho es tanto como mentar al diablo en el seno de la iglesia. La respuesta, por lo general, suele ser la que el lisiado da en el chiste en el que implora a la Virgen que haga el milagro de ponerle el brazo “como el otro” y la Virgen efectivamente accede, pero dejándolo lisiado de ambos brazos, con lo que el sujeto reclamará a grito pelado aquello de “virgencita, virgencita, déjame por favor como estaba…”. Es de tal calibre el temor existente a que cualquier innovación en el seno de los estudios jurídicos conduzca a un resultado peor de lo que actualmente tenemos (a ello seguro que no es extraño la traumática experiencia de la reforma en el bachillerato) que ni siquiera esa cosa extraña que se denomina exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) o “proceso de Bolonia”, va a hacer posible que en muchas Facultades de Derecho se decida finalmente elaborar una propuesta de modificación del plan de estudios de 1953. Esto, al menos, es lo que creo que está ocurriendo en la Universidad de La Laguna. Aunque puede también ocurrir que yo esté equivocado y que lo que en realidad sucede es que nuestras autoridades académicas de la Facultad de Derecho no están cumpliendo con sus obligaciones como tales y hayan decidido sin contar con los demás dejar pasar los plazos legales con el fin de que en el año 2010 el Ministerio nos aplique un plan de estudios elaborado, como dirían los nuevos nacionalistas, desde Madrid. Sin duda, esta sería una buena fórmula para no tener que enfrentarse a ningún tipo de interés local de los colegas profesores (¿Qué va a ser de la Historia del Derecho? ¿Y del Derecho Romano? ¿Y del sacrosanto Derecho Natural? ¿Y de la mal llamada Economía Política?...), pero a la vez sería también una muestra palpable de la desidia que nos invade…

En fin, como quiera que sea, lo cierto es que los jóvenes que terminan sus estudios en nuestra Facultad lo tienen bastante crudo, mucho más que aquellos otros que terminamos hace ya muchos años. Como profesor, cuando alguno de ellos me pregunta en torno a su futuro, suelo contestarles que salvo pretender quedarse en la Universidad, lo mejor es hacerse funcionario de una Corporación Local, de la Comunidad Autónoma o del Estado, o bien, dedicarse a “pecho descubierto” al ejercicio libre de la profesión, ya sea como abogado o como procurador. Para aquellos otros que tienen una buena capacidad memorística, paciencia y unos padres dispuestos a mantenerles por unos años más, queda también el acceso a la judicatura, la abogacía del Estado, notaría, registradores, inspectores de Hacienda, etc. Lo importante, en todo caso, es decidirse de manera firme y con ilusión por lo que sea e iniciarlo. Será el esfuerzo y el trabajo personal el que marcará el futuro. Y ya sabemos que todo en sus inicios es difícil y complicado, pero creo que siempre merecerá la pena intentarlo, y mejor con mentalidad emprendedora que no lo contrario, aunque no sea esta precisamente una virtud que transmitamos por lo general los profesores de Derecho.

No hay comentarios: