martes, 3 de marzo de 2009

HOY NO FIAMOS, MAÑANA SÍ


El “hoy no fiamos, mañana sí” expuesto en un cartelito en algunos bares de la geografía española, no es más que el reflejo humorístico de una época lejana en la que ese cartel se exponía en las pequeñas tiendas de pueblos y barrios de ciudad sin ningún sentido del humor, sino más bien, como expresión de una época de dificultades económicas para muchos españoles que simplemente para poder comer tenían que valerse de la confianza del tendero a fin de así adquirir alimentos básicos que no podían ser pagados al contado y que, por tanto, este les fiaba hasta que llegaba el ansiado primero de mes y la correspondiente paga. El “hoy no fiamos, mañana sí” no era, sin embargo, una norma aplicada a rajatabla, pues a pesar de que el mensaje se perpetuaba en el tiempo y el desasosiego cundía cada vez que el sujeto veía el mensaje y volvía al día siguiente, la confianza se colaba por las rendijas de la convivencia y los tenderos aplicaban excepciones que permitieron a muchas familias de la incipiente clase media “salir adelante”.

Yo particularmente guardo un grato y emocionado recuerdo de la “Venta de Antoñita”, una tienda de comestibles a la que mi madre me mandaba a comprar con una cortísima y comedida lista de cosas realmente imprescindibles, con el mensaje de que el importe de la compra “era para que lo apuntara en la libreta”. Recuerdo de pibe que en muchas ocasiones soñé con la “libreta”, en la que con orden y concierto Antoñita registraba las deudas que acumuladas a lo largo del mes eran liquidadas a principios del mes siguiente una vez mi padre cobraba su sueldo de Maestro de escuela (que nombre tan bello, y que horrible me sigue pareciendo el de Profesor de EGB).

Tengo la impresión (no fundamentada precisamente en eso que llaman “ciencia económica”) de que estamos regresando a la época en la que el cartelito de “Hoy no fiamos, mañana sí”, vamos a verlo expuesto en muchos lugares y no precisamente con la finalidad de expresar una reminiscencia humorística del duro pasado. Sin embargo, ese regreso al pasado nunca podrá ser igual, pues ahora ya casi no existen tenderos en el ámbito de la alimentación. Ahora lo que existen son “grandes superficies”, esto es, espacios mastodónticos en el exterior y en el interior en los que se acumulan coches, más coches y más coches (exterior), y consumidores, consumidores, y más consumidores (interior). Un gran parte de esos potenciales consumidores pasarán ahora a ser simplemente visitantes que si bien no podrán ver el cartelito de “Hoy no se fía, mañana sí”, advertirán sin embargo la cruda realidad de comprobar que su tarjeta de crédito ya no es tal, que su tarjeta de Alcampo, Carrefur, Eroski o la madre que los parió, es simplemente eso, una tarjeta de plástico que será rechazada por una maquinita electrónica, sin que le quepa a este la opción de reclamar la presencia de Antoñita y su libreta de apuntes.

La verdad es que hoy tengo un día malo, de negras expectativas en materia económica (debe ser por no fiarme de los economistas), y presiento que este crecimiento económico del que tanto han alardeado nuestros políticos en el inmediato pasado, nos está mostrando ahora que nunca debimos fiarnos del todo ni de los economistas, ni de los banqueros, ni de los empresarios ni de los políticos… Tal vez debimos cambiar el “Hoy no se fía, mañana sí”, por aquel otro mucho más útil y trascendente para nuestras vidas de “Hoy no te fíes, mañana sí”, al menos de economistas, banqueros, empresarios y políticos....

1 comentario:

ELISENDA dijo...

Cuanta razón, aunque no hace mucho tiempo que esa frase se podía escuchar aunque fuera en pocos lugares, por lo menos en la isla de donde vengo “La Palma”.
Yo me acuerdo y como reitero no hace mucho tiempo, como en las tienditas que se encontraban donde vivo, se hacia lo mismo, existía una confianza entre todos los vecinos que paso a paso se ha ido perdiendo, por eso se fiaba. Por suerte aunque no es lo mismo que cuando era pequeña, todavía queda alguna que otra,en la que cada ves intentas comprar para que por lo menos esa no la cierren y puedas comprar en un lugar donde te tratan como en casa.

La confianza se va perdiendo con el tiempo, la sociedad va siguiendo el camino del consumismo, donde queremos ser mejores que los otros y donde comprar en el “ Corte Inglés” es lo que se lleva.

Yo creo que ese es uno de los motivos por lo que ese cartel “Hoy no se fía, mañana si” se han puesto en bares de modo decorativo, pero muchos de nosotros con todo lo que está pasando y lo que pasara, desearíamos que esos carteles volvieran a la actualidad.