miércoles, 14 de mayo de 2008

CON LA MEJOR INTENCIÓN PROVOCADORA PARA MIS AMIGOS PROGRES: EL MALO DE AZNAR


¿Qué quieren que les diga en esta antiamericana España? Pues eso, lo que todos esperamos, que Aznar es un ser despreciable no ya por haber apoyado en su día la invasión de Irak, sino por su manifiesta y reiterada vocación de sumisión al emperador Bush y a su guerra terrorista. ¿Están contentos? Bueno, pues en parte sí, pero no estaría de más hacer todo lo posible para sentar a Aznar ante el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra. ¿Cabe acaso mayor y más contundente prueba que su foto en las Azores con el Emperador y otros dos lacayos? En fin, esto último ya es un poco más complicado, pero no hay que descartarlo definitivamente.

Nada nuevo bajo el sol. Todo es parte de la política, o mejor, de una forma de ver y hacer política a la que nos tienen acostumbrados tantos políticos y periodistas conformadores de opinión de uno u otro signo. La consigna, como casi todas las consignas, es simple y llana, al estilo de los refranes, que bien poco dicen de la existencia del pensamiento reflexivo y de la capacidad de comprender la siempre compleja realidad. Aznar, además de un asesino, traficante de armas, cínico, servil y redomado mentiroso, cometió la imperdonable osadía de “trabar amistad” con G. Bush, y esto ya es el colmo de los colmos, pues si aún hubiera sido un Presidente del partido demócrata… pero vamos, es que se hizo amigo de un genuino representante de la extrema derecha del partido republicano y hasta llegó a adoptar sus poses y maneras, típicamente americanas y extrañas, por tanto, a nuestra formal –y muchas veces hipócrita- idiosincrasia.

Pero a pesar de tanto estereotipo y de tanta memez alimentadora de conciencias masificadas capaces, sin embargo, de influir de manera decisiva en el voto popular, es reconfortante comprobar cómo el personaje no se doblega y continúa manteniendo que su decisión de apoyar la invasión de Irak fue correcta y que la tomó pensando en los intereses de España y también de Irak. Sí, es verdad que se trató de una decisión que se justificó sobre una “mentira”, pero aparte de negarle el beneficio de la duda y de la honestidad de estar convencido en su momento de la existencia de las armas de destrucción masiva y de que la intervención suponía una garantía a favor de que el pueblo iraquí pudiera acceder a un sistema democrático, ¿cuáles son los límites de la verdad y la mentira en las decisiones de política internacional? Una cuestión realmente complicada y de casi imposible resolución desde una Unión Europea carente de política exterior común, y en la que prevalecen los intereses nacionales disfrazados casi siempre sobre la mentira común (¿o es acaso verdad que la oposición de Francia a la invasión de Irak respondía a su numantina defensa del Derecho internacional? Que Rodríguez Zapatero y Sarkozy se lo expliquen a los saharauis…).

Aznar, el malo de Aznar para una izquierda que ha sabido rentabilizar en el ámbito de la política doméstica su alineamiento con la representación por antonomasia del Mal (USA), espero que sea algún día reconocido como el primer presidente de la democracia que trató, con sus aciertos y errores, de romper con el “antinorteamericanismo” de los españoles, pero también, con el estereotipo de que los circunspectos y formales políticos europeos son más de fiar que aquellos otros americanos caricaturizados por esa misma izquierda como horteras de sombrero ranchero, botas con espuelas y el rifle siempre presto. De momento, y aunque le sirva de poco, tiene al menos el reconocimiento de muchos españoles por su valentía y falta de sentido del ridículo en su inteligente y muy americana disposición a aprender…entre otras cosas, inglés.

1 comentario:

Trajano dijo...

Fíjese usted si le ponía buena voluntad el hombre (me refiero al bueno de Aznar) que hizo tres proezas inolvidables en ese afán de acercamiento a los EE.UU. que jamás olvidaremos:
1)Hablar español con acento tejano. ¿Acaso alguien puede olvidar aquella mítica frase en la que decía "estamos trabajando en ello" con ese cálido acento sureño?.
2)Permitir y aguntar estoicamente que George W. Bush le llamase ante la espectación de medio orbe "Ansar".
3)Impartir en la Universidad de George Town un curso de liderazgo hablando en inglés. por cierto, lugar éste donde dijo aquel secreto a voces de "because Bush is my friend".
Por todo ello estoy de acuerdo en que, desde la Cocacola y los pantalones vaqueros, Aznar ha sido el máximo impulsor del proamericanismo en España (o mejor dicho, en el Reino de España, aunque en ese intento de acercamiento a los americanos y especialmente a la familia Bush hubiesemos cambiado nuestra Constitución para ser "la República de España).