En una sociedad como la española actual en la que se trata de imponer por distintos medios el uso de un lenguaje políticamente correcto, es de agradecer la existencia de Jiménez Losantos. Sí, ya se que decir esto es políticamente incorrecto, sobre todo, en determinados ambientes en los que rápidamente te califican y clasifican por decirlo con la etiqueta de "facha". Pero que le vamos a hacer... siempre será preferible asumir el falso etiquetado que tener que arrastrar el terrible fardo de no pensar por ti mismo y querer estar siempre a bien con la manada que expende etiquetas de lo que se debe o no pensar en cada caso.
Hoy por la mañana he tenido la oportunidad de oir sus comentarios sobre la muerte de Leopoldo Calvo Sotelo. Estaba el hombre cabreado e indignado ante tante ñoñería y, sobre todo, hipocresía proviniente de la llamada clase política. Y la verdad es que tiene toda la razón. Es para cabrearse, pues otra vez se pone de manifiesto que la muerte es el momento en el que generalmente se le reconocen al adversario que definitivamente desaparece de la escena sus auténicos méritos. Como diría Jiménez Losantos, en fin...
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1 comentario:
No puedo estar más de acuerdo con esta opinión. Si hace más de 30 años el Catecismo se nos vendía como el "modelo del buen ciudadano", y ¡ay de aquél que no lo siguiese!, hoy las cosas no han cambiado radicalmente en su esencia. En efecto, se nos sigue vendiendo en España esa moral rancia y surrealista de que la muerte hace buenos incluso a los que no lo son o no han hecho grandes cosas. Sin embargo, en algo hemos cambiado en estos últimos 30 años, y es que en lugar de predicar la moral con el Catecismo en la mano se nos adoctrina con las "tesis progres" (por lo demás una mala copia descafeinada del marxismo)que escriben algunos eruditos en cierto períodico considerado hoy en nuestro "País" como la biblia de la progresía. Pues yo me niego en rotundo a que se fribolice con la muerte de Don Leopoldo Calvo Sotelo diciendo que ha cosntituido un pilar de nuestra democracia cuando ni siquiera se le brindó por nuestros políticos el status de auténtico Presidente del Gobierno sino, más bien, el de "el sustituto de Suárez". Absurdas morales de masa que tanto han limitado nuestra libertad de pensamiento...
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