martes, 22 de julio de 2008

LA VERGÜENZA DEL DEBATE SOBRE LAS BALANZAS FISCALES


¿Por qué tanto revuelo a cuenta de la publicación de las denominadas balanzas fiscales? ¿Acaso porque los datos hechos públicos vienen a poner de manifiesto las diferencias de renta existentes entre unos españoles y otros en función del lugar de residencia? ¿O tal vez porque los mismos son expresivos de un criterio de justicia en el reparto de las cargas públicas que hoy es cada día más cuestionado desde la no disimulada insolidaridad de algunos ricos y a la vez empobrecidos de espíritu? Como acaba de señalar Benedicto XVI en Australia dirigiéndose a los jóvenes, en esta vida no todo se reduce a la consecución del éxito económico, y menos aún, a poner en cuestión un principio de justicia como es el de progresividad en la contribución al sostenimiento de las cargas públicas, esto es, a que contribuyan más los que más tienen.

Pero en realidad, y por muy grande que sea el empeño de Benedicto XVI, el ansia insaciable de los ricos por ser más ricos y por buscar todos los pretextos habidos y por haber para justificar su separación de los que no lo son, es algo muy difícil de contener y controlar. Como este pasado fin de semana ha proclamado el Sr. Montilla, Presidente de la Generalidad de Cataluña, los socialistas catalanes quieren mucho al Presidente del Gobierno de España, pero mucho más quieren a Cataluña. Así que si no lo tenía claro, el Sr. Rodríguez Zapatero ahora lo tiene clarísimo: o cumple con las exigencias que plantea la Generalidad en materia de financiación de la Comunidad Autónoma catalana, o que se atenga a las consecuencias.

Sin embargo, sería erróneo creer que el Sr. Rodríguez Zapatero está siendo objeto de una especie de chantaje por parte del Tripartito catalán y, particularmente, por sus propios correligionarios en Cataluña. Históricamente, en el corto período de vida democrática que hemos disfrutado en este país, los nacionalistas han estado chantajeando de manera reiterada al resto de los españoles. Hasta el último mandato del Presidente Aznar, el Gobierno de la Nación se ha visto compelido a ir cediendo de forma paulatina a las crecientes reivindicaciones de las fuerzas políticas nacionalistas. Con la llegada al poder del Sr. Rodríguez Zapatero, ha acontecido un cambio sustancial en la dinámica señalada: ha sido el propio Gobierno de la Nación el que ha tomado la iniciativa por vía de hecho a la hora de profundizar en la consecución de mayores cuotas de autonomía a favor de determinadas Comunidades. De alguna forma, a través seguramente de la recuperación de la “memoria histórica”, el PSOE ha conectado con las viejas e idílicas visiones del republicanismo federal del XIX y pretenda hoy no ya un Estado federal (este ya existe con las actuales CCAA), sino una confederación de Estados.

Hoy hablamos de la publicación de las balanzas fiscales, aunque no de la situación de injusticia que supone el régimen especial de Navarra y el País Vasco. Mañana es muy probable que sigamos hablando de alguna otra bobería similar, pues ello será la señal inequívoca de que entonces Cataluña ya cuente con un régimen específico o singular e insolidario de financiación. Como dirían los expertos, todo se reduce a cuál sea la metodología seguida en cada caso…

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