lunes, 20 de octubre de 2008

CUIDADITO CON LOS DECLARADOS ENEMIGOS DEL CAPITALISMO


Período de crisis, además, de crisis inicial de la economía financiera que la mayoría de la población no entiende en absoluto cómo se ha podido producir, y de crisis también de la economía real, sobre la que los ciudadanos tampoco entienden nada sobre su origen pero respecto de la cual sufren directamente sus efectos: paro, restricción del crédito, disminución del consumo, quiebras empresariales, despidos masivos de trabajadores, aumento de los precios de los alimentos, etc.

Estamos ante un período muy propicio para que florezcan los eternos enemigos de la democracia y de la libertad. De una parte, los fascistas, aquellos que con el empleo de un lenguaje confuso en el que se mezcla el odio a los grandes capitalistas y especuladores, pero sobre todo, a los que se han enriquecido según ellos mediante la usura (banqueros y además judíos), con el odio a los ciudadanos con ideas propias que no se dobleguen a sus consignas. De otra parte, los comunistas (y demás representantes de la llamada izquierda radical independentista y nacionalista a la que habría que sumar los socialistas-nacionalistas) y, en nuestro país, también a los partidos de la derecha nacionalista (Coalición Canaria parece que ahora empezará a defender la independencia de Canarias: no nos queda nada. De momento, lo mejor será encomendarse a la Virgen de Candelaria, patrona de Canarias, que al fin y al cabo es negra y puede que ello suponga un freno al previsible desarrollo de la xenofobia como atributo propio de todo buen nacionalista). Unos y otros tratarán de confundir a la masa para hacerles creer que todos los males acabarán con la derrota del capitalismo o con el nacimiento de una nueva nación.

Es la lucha eterna entre lo malo y lo peor, o entre lo malo y lo menos malo, o quizás, entre lo único bueno conocido y la tiranía. Sería pecar de ser demasiado pesimistas si creyéramos que nada puede parar en un período de crisis económica aguda la deriva hacia manifestaciones totalitarias. Sin embargo, creemos que hay que estar prevenidos y, sobre todo, que hay que defender con todas nuestras fuerzas y todos los medios posibles la verdad frente a la mentira.

El capitalismo como sistema económico fundamentado en la libertad política del ser humano tiene fallos que pueden ser objeto de corrección. El capitalismo como sistema económico fundamentado en la opresión política no sólo es abominable, sino que nos lleva a la catástrofe de la pérdida de nuestra libertad. Es posible que sea esta la disyuntiva fundamental que hoy esté planteada en el mundo. A nosotros nos toca estar atentos para desenmascarar a todos aquellos que con el pretexto de criticar y cuestionar los fallos del sistema capitalista, lo que pretenden es su destrucción en su vertiente más auténtica y genuina: la conquista de la libertad de los seres humanos.



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