viernes, 31 de octubre de 2008

LOS PRIMEROS DE LA CLASE EN MATERIA DE INSOLIDARIDAD FISCAL


Los más adelantados en materia de prácticas corruptas dirigidas a defraudar al Fisco no somos los españoles. Nosotros hemos llegado a un nivel aceptable de “ingeniería financiera” en los últimos años, esto es, cuando aquí se han implantado y desarrollado –en muchos casos mejorándolos- los métodos a los que ya estaban habituados desde muchos años antes los anglosajones, fundamentalmente británicos y norteamericanos. No es que estemos orgullosos del desarrollo alcanzado, sino más bien, que constatamos como un hecho preocupante que la representación del españolito medio por presencia y trayectoria de una España pobre (v.gr., el Sr. Botín del Banco Santander), se haya transformado en la actualidad en un sujeto que resulta ser un auténtico mago de las finanzas mundiales y, consiguientemente, del conocimiento de los mecanismos e instrumentos que la comunidad internacional pone a sus disposición para evadir el pago de impuestos (v.gr., los llamados paraísos fiscales).

Por supuesto que es injusto y científicamente incorrecto aplicar juicios de condena genéricos sobre prácticas fraudulentas que siempre tienen una responsabilidad individual. Sin embargo, habrá que reconocer que ha sido en EE.UU y en Gran Bretaña donde se ha expandido con mayor intensidad la ideología de considerar a los impuestos como pagos coactivos y odiosos que recaen sobre los ciudadanos con el fin de sustentar la mayoría de las veces servicios y necesidades que podrían ser mucho mejor atendidas por las empresas privadas, aparte, claro está, de servir para mantener a una legión de funcionarios y autoridades políticas que han llegado a conformarse como uno de los principales obstáculos del “libre” desarrollo del sistema económico capitalista. Como sucede con toda proposición ideológica, se encierra en la misma algo de verdad y algo de mentira. En el presente caso, lo que importa destacar es que la parte de verdad que pueda tener esta ideología ha servido para que muchos defraudadores tributarios la utilizaran para construirse un pretexto que pudiera justificar sus prácticas corruptas e insolidarias a la hora evadir el pago de impuestos.

En la parte de mentira de esta ideología dominante que sin duda ha contribuido a propiciar el actual caos económico en el que nos hallamos, está la proposición de que los impuestos dificultan la creación de riqueza y el desarrollo económico. Son muy pocos los ricos y poderosos que estén de acuerdo en transferir una parte de su riqueza a los demás por vía impositiva, y no digamos ya por vía voluntaria.

Quizás, como bien apunta la viñeta de El Roto que aquí reproducimos, las autoridades políticas que ahora pretenden establecer nuevas bases para refundar el funcionamiento del sistema financiero mundial, deberían empezar por acabar con la desvergüenza que significa la existencia de los llamados “paraísos fiscales”. La pregunta es: ¿Tendrán esas autoridades políticas la suficiente fuerza y autonomía para lograrlo? ¿Conoceremos alguna vez quiénes son y cuántos son los recursos que se ocultan en tales paraísos?

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