miércoles, 15 de octubre de 2008

"NO TE ENROLLES CHARLES BOYER"

Pues igual tiene razón un amigo lector de mis paridas del blog y efectivamente tengo una tendencia a liarme que es un gusto. Sin embargo, procuro que no sea así. Trato de expresar de la manera más ordinaria –y sencilla- del mundo determinados pensamientos sobre algunas cuestiones de la vida cotidiana. Bien es verdad que una gran parte de las mismas tienen que ver con la Universidad, pero considero que ello es inevitable, toda vez que es en ese lugar donde trabajo y donde transcurre aún una parte importante de mi vida.

Algún despistado podría pensar que mis ácidas y a veces hirientes críticas a la vida universitaria denotan cierto nivel de amargura personal con relación a mi trabajo de profesor y al contexto universitario. La verdad es que no. Sin embargo, reconozco que mis críticas constituyen la mayor parte de las veces auténticas provocaciones para el estamento docente, discente y el del personal de administración y servicios. En un mundo cerrado y con poco contacto con la vida real, en el que sus miembros son cooptados sobre la base no tanto del mérito y el espíritu crítico, como de su nivel de borreguismo para así poder perpetuar el sistema borreguil que preside en su mayor parte la vida universitaria, lo mejor que puede sucederle a uno –se llega a creer- es actuar como un borrego, pues de lo contrario, aún siendo feliz (en su matrimonio e incluso fuera de él), se transforma sin embargo en un auténtico “enemigo” que si no puede ser abatido, como mínimo debe ser ignorado, lo cual, sea dicho de paso, será siempre preferible a ir por la vida babeando y mugiendo.

Así que a galopar hasta enterrarlos en el mar… o que ellos te entierren a ti. La opción es clara y evidente mientras esté vivo y pueda decir libremente lo que pienso sobre la Universidad o sobre lo que me de la real gana. ¡Viva México! ¡Viva la Revolución!

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