viernes, 2 de enero de 2009

ESPERANZA AGUIRRE: UNA LÍDER NACIONAL EN CIERNES


A mí en la política –y en la vida- me gustan las personas que no ocultan sus legítimas pretensiones. Esta es, posiblemente, una de las principales cualidades que para mí tiene Esperanza Aguirre como política en activo. Con posterioridad a la pérdida por el Partido Popular de las últimas elecciones generales, es normal que se cuestionara en determinados sectores del propio PP el liderazgo de Mariano Rajoy para repetir como candidato en la próxima cita electoral. Y es que ante cualquier fracaso electoral, pero sobre todo, cuando lo que se está dilucidando es la presidencia del Gobierno de la Nación, la reacción natural inmediata es poner en cuestión a la figura del líder que finalmente fue incapaz de ganar las elecciones.

En ese contexto, las señales emitidas por Esperanza Aguirre venían a poner de manifiesto no sólo su predisposición a ser la futura candidata, sino sobre todo, su firme convicción –y la de muchos militantes y ciudadanos no militantes- de que ella reunía los méritos, la fuerza, las ideas y, sobre todo, las ganas de luchar “a brazo partido” por ganar las próximas elecciones generales.

Muchos militantes y dirigentes de partidos de izquierda siempre ha tratado de infravalorar la trayectoria política de Esperanza Aguirre, lo cual no deja de ser un vicio que se corresponde con idéntica actitud por parte de otros muchos militantes y dirigentes de partidos de derecha con respecto a líderes de la izquierda. Diríase que es parte del “juego” de la política y que previsiblemente poca incidencia tiene ello luego a la hora de que los ciudadanos depositen su voto. Sin embargo, para muchos que vemos y tratamos de emitir algún juicio sobre la política y los políticos, este tipio de desvalorizaciones sobre un político suelen calmar las ansias guerreras de los ejércitos propios, pero normalmente los ciudadanos las interpretan en sentido contrario al pretendido por sus instigadores: si se habla mal de Esperanza Aguirre será porque lo está haciendo bien como Presidenta de la Comunidad de Madrid y porque actúa como una auténtica líder que puede arrastrar muchos votos en el futuro, ya sea para repetir como Presidente en Madrid, ya para acceder a la Presidencia del Gobierno de la Nación.

Me resisto a creer que determinados sectores del PP están en pleno proceso de desear que las próximas convocatorias electorales sean “perdidas” por el PP a fin de así cuestionar el liderazgo de Mariano Rajoy. Sin embargo, no dudo que efectivamente puede ser así, pues este juego de la política está llegando a unos niveles que hay que empezar a calificar como de alto riesgo. En cualquier caso, creo que lo verdaderamente importante es que todos seamos capaces de ver con naturalidad que Esperanza Aguirre o cualquier otro militante del PP están plenamente legitimados para plantear de manera abierta y transparente en cualquier momento su predisposición a asumir el papel de líder. Esto no sería sino la muestra patente del verdadero y sano juego de la democracia, pero sobre todo, sería también a mi juicio un acto auténticamente revolucionario: que una mujer cualificada y con las dotes de Esperanza Aguirre pudiera llegar a ocupar la Presidencia del Gobierno de España.

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