viernes, 9 de enero de 2009

ME GUSTA QUE LA VIDA ME SORPRENDA


¿Y cómo? ¿Tal vez sacándome la lotería? Bueno, pues también, por qué no. Al fin y al cabo es un juego de azar organizado por el Estado para obtener ingresos por vía indolora y tener además al personal permanentemente contento y ocupado –sobre todo a los desocupados- bajo el efecto ilusionante de llegar a ser millonario. Ya sabes, dinero es Don Dinero, poderoso caballero. Pero no, no son este tipo de sorpresas a las que me refiero, ni tampoco a aquellas otras a las que alude la canción “Pedro Navaja” de Rubén Blades: “sorpresas te da la vida…., tararí, tarará…”.

Las sorpresas que me atraen de verdad son aquellas otras que tienen que ver con lo cotidiano, y que suponen un rompimiento momentáneo de la inercia y la rutina que de manera indefectible marcan el transcurrir de la vida misma.

Me encanta comprobar cómo en una oposición a una plaza de profesor en la Universidad (en la nuestra o en cualquier otra Universidad española), a algunos de los miembros del tribunal se “les funden los plomos” y actúan contrariamente a las consignas que con carácter previo les habían dado sus “maestros” para que su voto fuera a un determinado candidato. Este tipo de sorpresas y manifestaciones patentes de “desobediencia” son muy de agradecer, pero así y todo, aún existiendo, sirven para bien poco, pues la aplicación corrupta del sistema de selección del profesorado ni se resiente por ello ni se altera en lo más mínimo. Pero en fin, es una sorpresa agradable que estas cosas ocurran de vez en cuando.

Me gusta comprobar que existen personas capaces de poner en riesgo su empleo –y a veces hasta su propia vida- por salir en defensa de alguien que ellos estiman es víctima de una injusticia. Y no hablo de la respuesta a las grandes injusticias existentes en este mundo, sino a aquellas otras que se suceden diariamente y respecto a las cuales solemos desentendernos en tanto no nos afecten de manera directa. Son pequeños detalles, pero que tienen una gran relevancia a la hora de preservar la dignidad humana frente a ataques que la ponen en cuestión.

Me sorprende gratamente conocer personas que por amor son capaces de soportar el sufrimiento ellas solas para así evitar hacer sufrir a la persona amada. Es la expresión máxima del amor. Y aún siendo el matrimonio, como de verdad lo es, compartir entre marido y mujer lo bueno y lo malo de la vida, nada obstaculiza a que el sentimiento amoroso –una de cuyas manifestaciones más importantes es la generosidad- de un paso más allá e impida que el sufrimiento de uno sea compartido por el otro.

Me solidarizo plenamente con las personas que se autocalifican como “políticamente incorrectas”, y cuando conozco a alguna de ellas (he conocido a dos amigas en facebook que lo son sin ningún tipo de complejos), me alegro muchísimo, pues aún pudiendo discrepar en algunos detalles, son personas francas que defienden con convicción sus puntos de vista “pese a quien pese”. Son este tipo de personas las que necesita cualquier sociedad, pero sobre todo, la sociedad española actual, en la que a veces parece prevalece el espeso “silencio de los corderos”.

Me sorprende… poder publicar mis paridas en internet y que haya amigos y amigas (a lo mejor también enemigos y enemigas) que las lean. Es algo que agradezco y que me agrada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin he encontrado este blog que tenía pendiente de leer desde hace unos días... Mi frenética actividad por querer estar en todos y cada uno de los "frentes" donde quisiera estar me hace guardar las cosas que quiero con tanto orden que luego me resulta imposible encontrar....
Lección de hoy.. un poco más de calma... las cosas de una en una.. si,.... pero hay momentos y tiempos en que han de ser de "un trago"...
Pues por fin he llegado y me encuentro con las Patólogias y Felicidades de la vida cotidiana....
Guillermo, es cierto que entretenernos en en las pequeñas cosas, hacen que podamos comtemplar la vida en su plenitud.. para mi esas pequeñas cosas con "el ADN de nuestra vida", pero sin venir prefijado... nosotros lo conformamos en el camino.
Valiente eres comentando y sonriendo la desobediencia de "ese miembro" del Tribunal de la Facultad.... Me recuerda un caso muy cercano a mi.... pero fue hace años .... y aunque quizás nadie se acuerde, yo si lo guardo en mi memoria... porque en ella guardo lo mejor de los demás ... y más si son tan cercanos...
A tus reales o no ..."enemigos/as" que lean estas que llamas "tus paridas", les recomiendo una "agüita" de Tila, que relaja por lo menos la mandibula, y así no se morderán la lengua que es muy peligroso.
Ha sido un placer encontrar este blog, descomplicado pero profundo ... ¿Entenderá alguien, que quiero decir con esta aparente contradicción?....
Y llego a lo "políticamente incorrecto" .... jajajaja ... ¿Hay gente que se atreve de verdad a serlo?..... me encantaría toparme con alguna de esas personas... ¡¡que ganas de complicarse la vida ¿no? ..con lo bien que se debe de vivir dejando que las cosas se escurran portu piel hasta llegar a la alcantarilla del adocenamiento... Creo que tengo que comprarme una tv de plasma me han dicho que hay un progama muy interesante "¿Gran Hermano se puede llamar?.... No funciona la tele en casa .... Es lo del dicho "En casa del herrero, cuchara de palo"...
Y mis buenas noches y un ¿hasta mañana?, pues no hago planes ¡¡ya veremos, aquí he llegado por fín y por aquí pasaré...
PD. Espero que se notara mi ironia con las "politicamente incorrectas". jejee

Victoria Elena

Salvia dijo...

Hola, Guillermo:
Pues yo espero que sigas publicando tan asiduamente tus reflexiones en el blog. Ya sabes que te leo a diario. El post de hoy me ha parecido extraordinario. Me gusta el toque humano que le has dado.
Un saludo.